Noche.

Notaba sus labios acariciar los míos y yo no me negaba ante eso. Notaba como si la habitación diese vueltas, aunque simplemente la habitación, pues yo estaba aferrada a Kazuo el cual había ascendido ligeramente sus manos, comenzando así a acariciarme mi desnuda espalda... Es verdad, se me había olvidado, ambos estábamos sin camisa. Abrí y cerré los ojos, notando como los besos se iban apagando poco a poco pero infundir mucho más cariño, pues comenzaron a ser muy lentos y profundos.

Tenía las piernas dobladas y aún me apoyaba sobre mis rodillas, por lo que las desplegué abrazando luego con las mismas a Kazuo, y rodeando así ligeramente con ellas la espalda de Kazuo, aunque sólo las crucé detrás de él.

Seguí su ritmo, dejándome llevar por ese cariño que me estaba otorgando.

Noté como me envolvía con sus piernas acomodándose así, yo también las crucé, de tal manera que ni uno ni el otro caíamos hacia atrás y no necesitábamos hacer fuerza con la lumbago para mantenernos sentados.

Poco a poco fui apagando mis besos a los que ella se amoldó con facilidad. Abrí los ojos para mirar y junté mi nariz con la suya, de tal modo que tanto nuestros ojos como nuestros labios quedaron a diez centímetros de distancia.

- ¿Y que tal el día? - Pregunté mientras se formaba en mi rostro una sonrisa de picardía. Sí, era una pregunta fuera de contexto, quizás pensase "¿A que viene esto ahora?" pero sabía que era inteligente y como ya me conocía, supuse, que captó la broma que contenía esa pregunta.

Los besos se fueron apagando poco a poco, ya no estaba sentada sobre Kazuo, ahora estaba sobre la moqueta igual que él y ambos estábamos entrelazamos mutuamente. Aunque seguíamos besándonos y cada vez de forma más cariñosa, aunque es cierto que poco a poco ambos dejamos de besarnos, dejando ahora juntas la frente y nariz, había muy poco centímetros de distancia entre nosotros. Abrí los ojos poco a poco para encontrarme con sus ojos, unos ojos rojizos que no paraban de mirarme.

Poco a poco observé como esbozaba una sonrisa pícara en sus labios ¿en qué estaría pensando?

- ¿Y que tal el día?

- Ha mejorado considerablemente... - respondí sin pensármelo dos veces.

Creo que no era tan directa, creo que no volvería a beber, creo que.. mejor dejo de pensar.

- Aunque no sé si podría mejorar aún más... - dije entonces en un susurro desviando la vista para luego volvérsela a dirigir - ¿Tú qué opinas? ¿Qué tal... tu día? - sonreí pícaramente.

La chica no tardó en responder.

- Aunque no sé si podría mejorar aún más... - Desvió los ojos para luego volver a dirigir la mirada hacia mí. - ¿Tú qué opinas? ¿Qué tal... tu día?

- El mío... - Paré a pensar... Bueno, tanto la comida como la cena había estado deliciosa y sabiendo lo que me gustaba comer... aunque siempre acaba quemando todas las calorías entre ensayos, conciertos y fiestas. - No ha estado del todo mal... - Dejé caer esas palabras encogiéndome de hombros.

No tardé en mostrar una sonrisa que intentaba aguantar, aunque no sabía el porque me la estaba resistiendo, quizás por timidez... - Tonta... - Susurré con una expresión feliz en el rostro. Y fui agachando poco a poco la cabeza hasta llegar a su cuello para poderle dejar un beso allí.

- El mío... - comenzó parando entonces y dejándome a la espera de una respuesta - No ha estado del todo mal...

Le miré con sorpresa ¿no ha estado del todo mal? Pero antes de que pudiera seguir malinterpretando, observé como Kazuo sonreía de forma... Estaba muy guapo así.

- Tonta... - susurró entonces aún con esa expresión que hacía que volviese a sonrojarme.

Me puse de morros, pero pronto éstos desaparecieron cuando vi como se fue agachando poco a poco hasta depositar un suave beso en mi cuello. Volví a sentir esa cálida respiración sobre mi cuello, algo que no había sentido hace mucho la verdad, y me reconfortaba bastante. Hice la cabeza hacia un lado pues me gustaba bastante que estuviese en esa zona aunque pronto apoyé la cabeza sobre su pecho. Creo que me quedaría así durante muchísimo tiempo.

Sentí el calentor de su cuello y como inclinaba la cabeza, hacia un lado, para que yo la besara más por esa zona, por lo que le regalé dos suaves besos más.

Al apartarme de su cuello, ella, se inclinó hacia a mi para apoyar la cabeza en mi pecho. Noté la frescor de sus orejas en mi cálido pecho.

Yo también me apoyé, primero mi boca sobre su frente para besarla, luego, mi barbilla sobre su cabeza y con los brazos la rodeé por completo, no podía escaparse, no quería que se fuera, ahora era mía y de nadie más por lo que quería aprovechar su cariño, por si ese era el único momento en mi vida que pudiera tenerla entre mis brazos.

Se hizo el silencio, ninguno de los dos decía nada, supongo que era porque estábamos bien, cómodos y contentos por lo que las palabras tampoco se necesitaban.

El dulce beso que me propinó en la frente hizo que sonriese agradecida, llegando a apoyarme más en él, sintiendo así su calidez. Aunque pronto sentí más cuando sus brazos me rodearon por completo, no quería irme y él tampoco quería que me fuera, aunque algo me decía que esta noche sería la primera y última. El alcohol hacía que hiciera cosas en el fondo sentía, y encima me hacía recordar a cuando me había pillado por él cuando era mi jefe. Sin embargo... si sólo iba a tenerle esta noche, por lo menos ésta, sería sólo para mí y para nadie más.

También le abracé, aunque rodeando su cuello, pues levanté ligeramente la cabeza, haciendo así que dejara de apoyar su barbilla sobre ésta y me quedé mirándole, sin poder evitar volverme a sonrojar, ¿cómo podía ser tan tímida? Bueno, no lo era por lo menos ya no tanto, pero mis mejillas me delataban con cualquier cosa que pensaba. Me quedé intercambiando miradas con él hasta que la bajé hasta sus labios, para luego volver a subirla y así varias veces más. No pude resistirlo ¿querría él también? Quizás me estaba precipitando... Quizás el sólo me siguiera el juego... No, no podía pensar así de Kazuo, él era un buenazo, un ligón, pero al fin y al cabo un buenazo y conmigo más que con una cualquiera. Siempre habíamos sido muy amigos y tenido un buen royo impresionante, aunque... No se me hubiese pasado por la mente que acabaría sin camisa, entre sus brazos y con varias copas de más.

Aún quedaban tres latas de cerveza y la botella de vodka, aunque por mojar a Kazuo quedaba quizás un tercio de ésta, no sé porqué me había fijado en ese detalle pero lo había hecho y punto. Volví a mirar a Kazuo, de forma decidida, yo quería, y ahora comprobaría si él también querría volver a besarme. Como tenía las manos entrelazadas tras su cuello aproveché para hacerle hacia delante al tiempo que yo me hacía hacia detrás, quedando así él encima mía aunque no completamente. Sin embargo, la única parte que estaba en contacto aparte de sus manos con mi cuerpo y mis manos con su cuello, eran los labios, los cuales me precipité en besar de forma cariñosa, llegando a morderle el labio inferior de igual forma, dejándole ver que yo también podía ser cariñosa con él y que no pretendía ser una leona besando.

Sus labios eran cálidos y suaves. Cerré los ojos sonrojada, cómo no, por lo que acababa de hacer. Le hacía pequeñas caricias en la nuca y jugueteaba con su pelo, ahora sólo podía pensar en él y en nadie más.

La calidez de su pecho cubría todo mi cuerpo, no podía resistirme en abrazarla cada vez más y más, estaba tan a gusto...

Levantó la cabeza, por lo que yo dejé de apoyarme en ella, hasta que se encontró con mi mirada. Durante unos segundos vi como iba alternando su mirada, de mis ojos a mis labios, yo, me mordía le labio insinuándole que me besara, cosa que no tardó en hacer.

Me agarró por el cuello y me iba atrayendo hacia ella pero, al mismo tiempo, ella iba retrocediendo hasta que topó con la moqueta. "Ya no te puedes escapar más" pensé mientras acababa de recorrer, acompañado de sus brazos, la distancia que me separaba de sus labios.

Me besaba, jugaba con mi pelo, me acariciaba... no podía resistirme a ella, aunque tampoco quería, ahora mismo estaba dominado por su ser, yo era su esclavo y ella mi princesa.

Mis besos eran correspondidos y parecía que Kazuo también disfruta pues me había aventurado a abrir los ojos durante unos segundos, divisando así su rostro calmado y sonrojado por el alcohol, supongo. Seguía besándole, sin descanso, separándome de él poco a poco a veces, aunque no dejaba tiempo ni para abrir los ojos pues inmediatamente le volvía a besar. Con ambas piernas lo abracé ligeramente, entrelazando una con una propia de Kazuo mientras que la otra pierna restante, permanecía ligeramente sobre su cuerpo, únicamente para que no se escapase.

Cuando la locura de los besos llegó a su fin, dejamos de entrelazar nuestras lengua, notando aún la humedad en mis labios, sin tardar en morderme el inferior, saboreándolo así para luego abrir poco a poco los ojos.

Veía el rostro de Kazuo, una sonrisa se dibujó en mis labios. No dije nada... en realidad no sabía ni qué decir, ni hacer.

La notaba tan cerca... y aún quería notarla más. Sus piernas se entrelazaban con las mías; sus brazos me abrazaban y acariciaban mi espalda y nuestros torsos se pasaban el calor del uno al otro.

Cuando la segunda tanda de besos finalizó, me aparté pocos centímetros de su rostro para mirarla bien a los ojos. Sonrió. Pero no decía nada, solo me miraba. Estaba perplejo mirando su hermoso rostro.

- Uhmmm... ehm... - Me tenía hipnotizado, se me había olvidado como hablar, ahora mismo en mi mente solo estaba ella. Me sonrojé un poco más de lo que había hecho el alcohol y una sonrisa que no quise resistir se me escapó. - ¿Estás cansada... o no? - Dije con una voz que ni si quiera yo me reconocí.

Mujeres y alcohol... mejor dicho: Katsumi y Vodka... un cóctel que nunca había probado y no sabía si tendría la ocasión de volverlo a probar, una lástima porque, sin duda, era de los mejores que había probado por no decir el mejor... e incluso me atrevería a decir que el Vodka no lo necesitaba para disfrutar de ella.

Kazuo se quedó mirándome. Desvié la vista unos instantes pero cuando hizo amago de empezar a hablar volví a mirarle. Observé que sus mejillas se habían sonrojado más de lo normal. Un Kazuo tímido era aún más apetecible.

- ¿Estás cansada... o no?

- ¿C-cansada? - repetí algo entrecortadamente - N-no... para nada...

Había desviado la vista de nuevo, se me hacía difícil hablar con él como siempre estando en estas circunstancias, no quería pensar en el mañana.. Quería pensar en el dichoso presente. Estaba tan sexy con aquella única prenda y eso que cubría bastante. Pero su torso al desnudo... y... no sé era diferente.

Por un momento se me pasó por la mente que lo de que si estaba cansada era una insinuación para que yo me fuera a mi habitación y le dejase dormir.

- M-me voy... un momento al baño... ah... bueno.. eso.. - conseguí por fin articular.

Kazuo se incorporó levemente dejándome así libre... Seguía en sujetador.. >///<. Tropecé ligeramente al levantarme pero luego me fui directa al lavabo aunque no cerré la puerta. Me vi reflejada en el espejo y me mojé la cara con agua bien fría. Sentía mareos... pero no tenía ganas de vomitar ni nada de eso, sólo que la habitación se movía más de lo habitual. Tambaleándome fui de nuevo hacia la fortaleza construida por Kazuo pero opté por algo blando y me tumbé sobre la cama, para luego coger su almohada.

Olía a él...

Katsumi me contestó tartamudeando. ¿Tanta timidez tenía encima? Hacía ya un buen rato que estaba sonrojada pero al ser Katsumi no era de extrañar, ella siempre había sido así, tan tímida... tan dulce...

Me retiré un momento para dejarla salir al escuchar que quería ir al baño. Dejé que se levantase, que saliese del lío de sabanas y que fuese tranquila al lavabo. Yo me quedé estirado en el suelo esperándola. La cabeza me daba vueltas, tenía un poco de mareo por el alcohol pero aún estaba bastante bien.

Escuché como salía del baño y giré un poco la cabeza para ver su silueta a través de las sabanas. En un principio, se dirigía hacia a mí, pero no fue así, escuché un “Plof” y se tumbó en la cama. Asomé la cabeza entre las sabanas para mirarla y cuando la hallé tendida sobre mi cama me fui con ella.

- ¿Te encuentras bien? – Le dije mientras le acariciaba el rostro apartándole los pelos que tenía en la cara.

Seguía mirando el techo cuando Kazuo se acercó. Giré la cabeza hacia él viendo como venía hasta que se sentó junto a mí, en el borde de la cama para luego muy cariñosamente, acariciaba mi rostro apartándome así algunos mechones de pelos que recorrían mi rostro.

- ¿Te encuentras bien?

Sonreí agradecida y me hice hacia un lado para que él también pudiese tumbarse y no sólo yo disfrutase de aquella cómoda cama. Que por cierto, ¿soy yo o ésta es más blanda?

- Sí, no te preocupes.. - desvié la mirada y sonreí para mi misma, aunque la sonrisa también la pudo ver Kazuo si es que me estaba mirando - Creo que no me encontraba tan bien desde hacía.. mucho tiempo.

Seguía mirando hacia otra parte... Pero bueno, como siempre acabé por girar nuevamente la vista para mirar hacia Kazuo.

- ¿Y... tú?

Acepté su oferta y me tumbé a su lado, apoyándome sobre mi costado izquierdo para poder estar más pendiente de ella. Me gustaba prestarle atención, además, no tenía nada que hacer y ya que tenía su grata compañía... pues debía aprovechar.

- Sí, no te preocupes.. - Sonrió al mismo tiempo que yo. - Creo que no me encontraba tan bien desde hacía.. mucho tiempo.

Se hicieron unos segundos silenciosos que no fueron, para nada, incómodos.

- ¿Y... tú? - Preguntó.

- Yo... -. Dije casi en un susurro. - Estoy algo vacío... es que... verás... - Decía con cara triste, mientras me incorporaba sentándome, pero de esas caras mías cuando preparan una broma. - ¡¡¡ Aún cabe más alcohol en mis riñones !!! - Me puse las manos a la cintura y empecé a reír como si de un niño pequeño y travieso me tratase.

- Yo... -. Dijo casi en un susurro. - Estoy algo vacío... es que... verás... -conocía esa cara de sobra... Casi me reía antes de que terminara de hablar - ¡¡¡ Aún cabe más alcohol en mis riñones !!!

Comenzó a reir como un niño pequeño. Yo también reí, acompañándole así, no había cambiado absolutamente nada. Siempre mantenía esa sonrisa en sus labios, a veces tan pícara, burlona y hasta divertida. Pero me ponía triste cuando entraba en melancolía pues sabía que le rondaban muchas cosas por la cabeza. ... Era una locura seguir bebiendo.

- Te aconsejo que no bebas más...

¿Y si en realidad quería beber para no darse cuenta de lo que hacía?... T_T

- Por si acabas haciendo algo que no quieres... - lo había dicho en tono de burla, pero iba completamente en serio, tanto que había apretado ligeramente la almohada, ¿por inseguridad? Quizás...

- Te aconsejo que no bebas más...

- Lo tendré en cuenta. - Y le guiñé el ojo. La verdad, es que tampoco tenía pensado beber más, ya había suficiente y no quería tener una gran resaca el día siguiente... porque una de ligera ya la tendría.

- Por si acabas haciendo algo que no quieres...

Su tono burlesco me hizo gracia, siempre había sido tan... te entraban unas ganas increibles de abrazarla bien fuerte y yo, que lo había podido hacer varias veces, no me cansaba de ello.

- Nunca me arrepepiento de mis actos, lo hecho, hecho está ¿o no? . - Pregunté con una sonrisa. Acto seguido me acomodé en la cama, tumbado de la do mirando hacia ella. Con la mano que tenía libre le bajé un poco la almohada para poderle ver bien todo su rostro.

- Nunca me arrepepiento de mis actos, lo hecho, hecho está ¿o no?

- S-sí - contesté entonces.

Me hice un poco a un lado al notar que Kazuo quería acostarse, pero el caso es que se tumbó mirando hacia a mí, mientras yo intentaba refugiarme bajo la almohada sin que se viese demasiado. Pero para mi mala suerte, Kazuo la bajó ligeramente, dejando mi rostro al decubierto, aunque bueno, la almohada aún tapaba la parte que.. no tenía camisa, por lo menos por delante.

¿Qué iba a decirle? Volví a desviar la mirada.

- S-sí

No me dijo nada, solo un "si" algo entrecortado, tampoco esperaba que me contestase a esa pregunta pero al hacerle noté un poco de timidez. También me di cuenta de que Katsumi se había encogido abrazando la almohada, como si intentase esconderse y, al desviar la mirada, ya pensé que podría estar algo incómoda conmigo mirándola.

- ¿Estás incomoda? .- Pregunté mientras volvía a subir el cojín que ella tenía agarrado para taparle un poco la cara como había intentado antes.

Kazuo seguía mirándome, podía sentir su mirada atravesando mis ojos. Volví a dedicarle la mirada.

- ¿Estás incomoda?

Me sorprendió la pregunta, pero negué rápidamente con la cabeza.

- N-no, para nada, no te preocupes.

No es que me sintiera incómoda, simplemente se me hacía raro... ¿De verdad había ocurrido? ¿De verdad me había besado? Cierto era que en su tiempo me había gustado, pero era amor empleada-jefe... Tenía quince años por dios... Aunque la cosa ahora cambiaba bastante, no podía evitar sentirme atraída por él... ¿Y él? ¿Qué sentiría? Tampoco quería preguntárselo. Todavía estaba mareada y sentía el impulso de muchas cosas pero mejor conservar la timidez y quedar como tal... antes que... dejar llevarme por mis emociones y sentimientos, pero había algo... que me comía la cabeza...

- Kaz... - volví a desviar la mirada y apreté con fuerza la almohada - ¿Quieres que me vaya?

- Kaz... - Observé como sus brazos apretaban con más fuerza la almohada. - ¿Quieres que me vaya?

- En absoluto! - Exclamé sin dudarlo dos veces. - A no ser que tu quieras marcharte a tu habitación a descansar... me gustaría que te quedaras conmigo... - Le pedí sin miedo, estaba muy cómodo con ella, me lo pasaba muy bien y además, me encantaba tenerla cerca. - Por favor... - Le pedí algo más serio.

Hace unas horas había tenido un pequeño bajón por añoranza, algo normal en todo el mundo pero igualemtne, por muy simple que fuera ella había aparecido allí para, indirecta o directamente, subirme la moral. Quería pasar más tiempo con ella.

- Dejas... ¿que te abraze? .- Pedí tímidamente. Quería pasar el brazo por debajo de su cuello, que descansase su cabeza sobre mi brazo para así, yo, poderla abrazar.

- En absoluto! - su exclamación hizo que me sobresaltara ligeramente, aunque me alegraba oir aquella respuesta - A no ser que tu quieras marcharte a tu habitación a descansar... me gustaría que te quedaras conmigo...

¿En su habitación...? Bueno que yo recordase ya me había quedado más veces a solas con él en otras giras que habíamos tenido, pero... Tenía que reconocerlo, nunca había sido haciendo ésto, nunca de esta forma y por un lado me asustaba bastante.

- Por favor...

- Si me lo pides así... no puedo negarme - dije con una sonrisa y sacándole la lengua luego pero de forma graciosa.

- Dejas... ¿que te abrace?

La pregunta me pilló completamente desprevenida... Pero yo también quería que volviese a rodearme de la misma forma, como lo había hecho antes, por eso aparté poco a poco el cojín, dejando ver de nuevo la delantera, aunque aún con ropa interior afortunadamente, y no pude resistir pasar la mirada por su torso para luego desviarla hacia sus labios y nuevamente sus ojos. Asintí con la cabeza ante su proposición y me acerqué a él, apoyándome en su brazo y sintiendo como sus brazos me rodeaban.

Cerré los ojos durante unos segundos, mientras estaba pegada a él sintiendo aquel cálido abrazo. Miré hacia arriba, quería mirarle, aunque no dijese luego nada, quería que esos ojos de color rojo me mirasen... Esos ojos tan peculiares.

- Si me lo pides así... no puedo negarme. Me dijo sacando la lengua la cual me resistí a morder.

La chica me respondió con un gesto de cabeza afirmativo tras unos segundos mirándome, yo solo sonreía. Cuando se acercó a mí y se acomodó sobre mi brazo la abracé suavemente para no agobiarla, pero bien envuelta con mis manos para que se sintiese protegida.

Sentí la calidez de su cuerpo en el mío, era una calor especial; no agobiaba ni acaloraba, era como si recorriera años atrás y me encontrase acurrucado en mi cuna un día de invierno con pocos meses de haber nacido, estaba tan a gusto...

Cerré los ojos relajado... y los volví a abrir cuando noté como Katsumi levantaba la cabeza. Abrí los ojos unos segundos para mirarla y dedicarle una sonrisa, después los cerré otra vez, así, relajarme junto a ella.

Cuando me devolvió la mirada sentí el impulso de robarle un beso, pero cuando volvió a cerrar los ojos comprendí que él estaba cómodo así, que se sentía bien y que no quería nada de eso.. Bueno, eso lo suponía yo. Me acomodé más, pasando una mano por su cuerpo abrazándolo así yo también. No pude evitar fijarme en que palpaba a la perfección su cuerpo pues aún estaba sin camisa, y mi mejilla acariciaba su brazo a pesar de no ejercer ningún movimiento para ello.

- Como siga así.. me voy a quedar dormida.

Y no... no quería dormirme, no quería que fuese mañana, quería que la noche durase para siempre.

- Como siga así.. me voy a quedar dormida.

No dije nada, solo quise disfrutar del momento. Era cierto que era bastante tarde, pero no por eso tendía a dormirse, al menos él, simplemente era que la presencia de ella le era tan gratificante y acogedora que cualquier ser, por muy agresivo que fuese, podía convertirse en un pacífico y tranquilo perrito (FDI: o gatito... xD).

Abrí un ojo unos momentos para mirarla, para saber si ella estaba dormida o no, si estaba con los ojos abiertos o no, si me miraba o no... Al verla con los ojos cerrados la zarandeé suavemente para que no se durmiese y me acerqué a su rostro hasta quedarme a pocos centímetros de ella.

Nananarana... empecé a tararear una melodía que, a mí, me gustaba mucho.

De pronto mis ojos se habían cerrado, y sólo me enteré de ésto cuando Kazuo me zarandeó ligeramente. Abrí entonces los ojos despacio, observando como Kazuo se acercaba a mi rostro quedándonos muy cerca, cuando entonces, comenzó a tararear una canción que no pillé a la primera pero me gustaba en cierto modo.

- Tú, lo que quieres es dormirme para salirte con la tuya... - reí ligeramente encogiéndome de hombros y abriendo los ojos de nuevo porque los había vuelto a cerrar debido a su tarareo.

Me acerqué más a Kazuo, comencé a sentir algo de frío y aún más mareada ¿más efecto del alcohol? Pues sí, ésto me pasa o por beber demasiado sin estar acostumbrada, o por no saber beber...

El cuerpo de Kazuo me transmitía calor y las distancias ya eran muy... demasiado cortas y no me había dado cuenta hasta que nuevamente había abierto sus ojos y notado más claramente el pequeño aire con su aliento, que desprendía por cada nota que seguía tarareando. De forma espontanea, mis labios comenzaron a acercarse a los suyos, quedándose a muy poca distancia, sabía que él lo vería pero no me importara pero.. en el último momento dudé, por lo que me quedé con los labios muy juntos, estaba segura de que si alguno de los pronunciaba algo... Los labios de uno rozarían los del otro y el simple hecho hacía que se me erizase la piel. Por lo tanto me quedé mirándole esperando una... supongo que respuesta. Si no quería pues no quería... Pero, tenía que reconocerme a mí misma que lo de antes... Me había gustado, y bastante... Y todavía seguía con la inmadura idea de pensar que la noche jamás acabaría... pero es que quería creérmelo y por esta noche... Para mí, todo sería como un sueño y esta noche Kazuo.. Kazuo era mi príncipe.