Noche.

Obedecía a Katsumi. Me dirigí hacia la nevera para coger un pack de seis latas de cerveza, un par de bolsas de cacahuetes, una de pipas y una botella de Vodka del bueno.

Me las apañé como pude para llevarlo todo hacia állí, debajo de las sabanas donde Katsumi ya estaba acomodada. Allí dentro, me apoyé en el sofá donde no estaba mi compañera y cogí la botella de Vodka.

- Ouh... Se me olbidaron los vasos... - Daba igual, ya beberían a morro si a ella no le importaba.

Quité el tapón de rosca a la botella y me amorré a ella para echar un largo trago.

- Ah... Que bien... - Dije para mi mismo mientras le ofrecía la botella a la chica.

- Ouh... Se me olbidaron los vasos...

- No te preocupes.

Cogí una de las latas y la abrí, comenzando así a bebérmela. Uf, que rica estaba. Ya no notaba su amargura y encima estaba mucho más fresca que la que yo me había acabado, normal, porque aquella ya tenía un tiempo. Observé como Kazuo abría la botella de Vodka y le pegaba un buen trago.. a ... morro y sin nada más. Reí ligeramente.

- Ah... Que bien... - dijo entonces tendiéndome la botella.

- Vas a tener que aguantar a una Katsumi cariñosa - dije riendo tontamente mientras le pegaba un trago y hacía una mueca pues quemaba y era muy amargo - Dios.. ¿Cómo te lo has podido beber sin mezclar

Reí con ella.

- Dios.. ¿Cómo te lo has podido beber sin mezclar?

- Años de práctica... - Le contesté con cara seria y con aires de sobrado, más tonterías de las mías. - A ti aún te quedan mucho por aprender pequeña padawan... - Añadí haciendo con un gesto con la mano como si de un maestro jedi me tratase.

Cogí un paquete de cacahuetes mientras ella bebía de la botella de Vodka. Al abrirlo... ¡Zas! La mitad de la bolsa se fue al suelo...

- Vaya... que mala pata. - Dije recogiéndolos con la mano para luego comérmelos. - Aquí todo se aprovecha. - Dejé la bolsa cerca suyo para que pudiera servirse.

Esa situación me recordaba cuando era más joven, mucho más joven, cuando iba de acampada con mis amigos.

- Años de práctica... - contestó con cara de sobrado, menudo chulo, qué mono. - A ti aún te quedan mucho por aprender pequeña padawan...

No pude evitar reir... Este Kaz... En cuestión de segundos vi como todos los cacahuetes habían quedado esparcidos por el suelo. Me puse a recogerlos con él.

- Vaya... que mala pata.
- Eres un desastre.
- Aquí todo se aprovecha.
- Cierto - dije cogiendo otro del suelo en vez de los que había en el paquete.

Volví a beber cerveza, notaba ya que estaba algo mareada, fui a zarandear la cabeza cuando me di cuenta de que me estaba... como mojando.

- ¡Mierda! - exclamé - Bueno... ya se secará supongo.

Me había manchado la camisa, ya daba igual. Luego dormiría y mañana por la mañana todo como nuevo, fin. Reí ligeramente y miré a Kazuo de forma insinuante.

- En las pelis cuando alguien se mancha la camisa, acaba por quitársela - la picardía había durado poco pues pronto reí.

Que torpe que era... lo sorprendente es que no haya sido yo quien se ha empapado la ropa porque yo aún soy más torpe.

Cacahuete, trago de Vodka, cacahuete, trago de Vodka... y así varias veces mientras miraba la cara de sorpresa, que no duró mucho, de la chica al verse la camiseta mojada, supongo que no le importó porque no le dio importancia.

- En las pelis cuando alguien se mancha la camisa, acaba por quitársela.

Casi me atraganto al escuchar ese comentario y ver el rostro de picardía de la chica, suerte que tenía la bebida en mano y solo fue un segundo lo que tardé en beber.

- Pues ale, ¿a que esperas...? .- Le seguí el royo mientras reía. - Si quieres que te deje una mía pídemela. - Fui amablemente.

- Pues ale, ¿a que esperas...?
- Hmm... - murmuré volviendo a la mirada.

Él rió ligeramente pero luego siguió con la conversación.

- Si quieres que te deje una mía pídemela.

- ¿Pero no decías que me quitase la camisa? En qué quedamos...

Cogí la cerveza y me acerqué a él a gatas.

- ¿Sí o no...? - reí ligeramente y con picardía con las mejillas coloradas por el alcohol, aunque ahora me fijaba... Kazuo también las tenía, qué gracioso.

- ¿Pero no decías que me quitase la camisa? En qué quedamos...

Vi como se acercaba a mi, a gatas, con la cerveza en mano. Tenía los mofletes colorados igual que yo.

- ¿Sí o no...?

Eché un largo trago al Vodka haber si me devolvía las palabras porque, la verdad, me había quedado en blanco. Tenía cara de pensativo, pero de esa que se te queda cuando has bebido un poquito y parece que estés empanado... era hora de reaccionar.

- Ya sabes que yo no lo decidiré... - Era verdad, no podía decirle que si, quedaría muy pervertido pero tampoco quería decirle que no... ¿Y si ella quería quitársela? Por eso motivo no podía negarle. - Lo que puedo hacer yo es... - Le cogí, suavemente, la cerveza que tenía ella en mano. - Darte motivos para quitártela! - Y con un rápido movimiento vertí parte del líquido por encima de su camiseta, mientras reía.

Vi como echaba un trago, tampoco era para tanto, me había visto más de una vez en bikini y además había bastante penumbra, nos veíamos poco y si ya nos veíamos poco, ahora con alcohol, menos.

- Ya sabes que yo no lo decidiré...
- ¿Ah no? Qué decepción...
- Lo que puedo hacer yo es... - no me había ni enterado de que me había quitado la cerveza- ¡Darte motivos para quitártela!

Noté como me iba empapando cada vez más. Le miré con cara de sorpresa.

- ¡Ahora verás! - dije arrebatándole la cerveza, pero ya estaba vacía.

Miré hacia la botella de vodka a la vez que él. Acabé por coger la yo primero e intenté echársela por encima pero hubo forcejeo, por más que lo intenté él no dejaba que se la echase por encima, me había puesto hasta de rodillas para poder tener más fuerza que él porque él estaba sentado sin embargo, como no era tonto, también se puso de rodillas y por motivos y mareos principalmente causados por el alcohol, acabé cayendo hacia detrás con él encima, aunque no completamente sino él apoyando las manos en la moqueta. Aún tenía yo la botella en la mano así que le di un trago para luego volver a mirarle con picardía ya que la distancia era más corta.

- Entonces... - susurré aprovechando la cercanía - ¿Me vas a quitar la camisa? Ahora sí que está mojada.. - añadí lo último como un comentario.

Si, intentó quitarme la botella de Vodka para echármela por encima, se quería vengar, pero al final no pudo, me resistí bastante bien puesto que no consiguió volcarme el líquido sobre mí.

- No te la pienso dar! . - Le decía mientras forcejeábamos.

Ese forcejeo no duró mucho puesto que los dos caímos al suelo, yo, encima de ella. La botella también cayó al mismo tiempo pero gracias a la moqueta no se rompió, tampoco rodó.

- Entonces... - Me susurró - ¿Me vas a quitar la camisa? Ahora sí que está mojada..

¡Toma ya! Ahora pasábamos de quitarse la camiseta a que se la quitara yo... Me quedé mirándola, intentando resistirme al sí, pero... ¡Anda ya! Sonreí al mismo tiempo que mi rostro se convertía en una olla de picardía y sin cambiarme de posición apoyé todo el peso en la mano derecha para poder, con la otra mano, quitarle la camiseta.

Kazuo se quedó mirándome de forma confusa a la vez que tímida, pero pronto se convirtió en una pícara que hizo que me sorprendiera y llegase a sonrojar, pero ahora por vergüenza no por el alcohol. Su mano bajó lentamente, la izquierda, dejando así la derecha apoyada, y dejando caer todo el peso en dicha. Cuando noté su mano coger el borde de la camisa, también noté el tacto de su piel contra la mía, él estaba ardiendo en cambio yo estaba claramente ardiendo. Comencé a sentirme cada vez más "despejada" de aquella humedad. La camisa ya estaba a la altura de los pechos y seguía subiendo. Pronto la noté que paraba, pues ahora tenía que pasar mi cabeza. Kazuo se había ayudado ahora de las dos manos para quitármela, llegándose a sentar ligeramente para poder mantener el equilibrio igual que yo.

Aún había penumbra... menos mal. Creo que me estaba arrepintiendo de lo de la camisa...

- Ya no huelo a cerveza... o quizás sí ¿tú qué opinas? - reí ligeramente.

Empecé a quitarle la camiseta mojada poco a poco, hasta llegar a su cuello. A esa altura tuve que sentarme para poder utilizar las dos manos, sino sería muy complicado acabar de quitársela, ella también tuvo que sentarse y levantar los brazos.

Aparté la camiseta que tenía en las manos a un lado y con un vistazo rápido observé de arriba a abajo a la chica.

- Ya no huelo a cerveza... o quizás sí ¿tú qué opinas?

- No me obligues a volver a derramar cerveza sobre ti otra vez... - Respondí con una sonrisa picarona. - Pero igualmente déjame que lo compruebe... - Me acerqué a ella hasta posar mi nariz sobre su cuello y oler suavemente. Notaba el calentor que le producía el alcohol que había ingerido, pero hacía tan buena olor... no quería desprenderme de ese cuello, aunque tuve que hacerlo.

Aparté mi cabeza de su cuello, poco a poco hasta volver a posicionarme con la espalda recta donde me encontraba sentado.

- Hermoso olor... - Le respondí mirándole a los ojos con una sonrisa en el rostro.

- No me obligues a volver a derramar cerveza sobre ti otra vez... - dijo sonriendo pícaramente aunque yo me reí por su comentario - Pero igualmente déjame que lo compruebe...

Kazuo se acercó a mi cuello mientras yo posaba ambas manos en el suelo, quedándome así inclinada y con ambas piernas abiertas, pues Kazuo estaba en el medio también ahora inclinado. Sentí su respiración en el cuello cosa que hizo que me erizara, pero "pronto" se separó.

- Hermoso olor...

- Quizás no huela tanto a cerveza después de todo..

Fue entonces cuando cogí con una mano la botella y le pegué un trago para seguidamente aprovechar que Kazuo me miraba para echárselo por encima.

- Uy qué tonta... Si es que.. a veces llego a ser demasiado despistada - dije con un tono entre pícaro y burletero para seguidamente sacarle la lengua, en señal de que se la había devuelto.

- Quizás no huela tanto a cerveza después de todo..

- Ahá... ahá... - Afirmaba yo con la cabeza.

Aprobeché el momento que echaba un trago al Vodka para sentarme de rodillas, era más cómodo para mi... pero no tardó en llegar el caos: vi como un chorro de alcohol recorría el aire para caer encima mío sin yo poder hacer nada.

- Uy qué tonta... Si es que.. a veces llego a ser demasiado despistada.

Me quedé mirando las manchas de mi camiseta con la boca abierta, sorprendido. Y mientras la chica hablaba fui levantando poco a poco la cabeza hasta encararme con ella y desafiarla con la mirada.

- Esto... es... la guerra! .- Rápidamente abrí dos latas más de cerveza y las cogí como si de dagas se tratasen para dar unos cortes al aire con la intención de salpicarla toda. - ¡Zas, zas! .- Repetí mientras cortaba el aire con mis dos imaginarias dagas.

- Esto... es... la guerra! - dijo levantando la cabeza para luego coger dos latas y comenzar a moverlas de tal forma que acabé empapada.

- ¡Para! Sólo ha sido un chorro - dije agarrando una de las manos mientras notaba todo el líquido por mi cuerpo.

Me miraba desafiante y yo a él, pero me daba igual ¡él me había mojado! Y yo que lo había hecho sólo un poco va y me hacía ésto, ¿qué podía hacer? Me puse también de rodillas para inventar que parase de una vez pero sin obtener resultados pues una de ellas seguía libre, y aunque me apoyase contra su pecho y él también se mojara, él seguía echándola hasta que ésta se terminó. Le desprendí de dicha lata pero ahora quedaba la otra. Pasé una de sus manos, la de la lata obviamente, por detrás de la espalda y parecía como si me cogiese de la cintura pero en realidad no estaba haciéndolo sólo agarraba la lata y no podía moverla de ahí pues una de mis manos se encargaba de que no la moviera más.

- No me obligues a paralizarte cual caco - reí ligeramente mirando hacia arriba divisando así su rostro a pesar de la cercanía.

Al final lo consiguió, aunque no se aún cómo pero consiguió detener mis ataques. ¡No podía haber perdido!¡NOOO!

Me encontraba algo retenido, una mano sin munición, la otra por detrás suyo y completamente bloqueada... Me sentía como un asesino atrapado y sin bombas de humo para poder huir, ahora solo funcionaría la negociación.

- No me obligues a paralizarte cual caco.

Agaché la vista para que nuestras miradas se cruzaran.

- Está bien... te pido disculpas... ¿Que puedo hacer para... - Levanté las cejas con picardía.- ...compensarte? ..- Propuse mientras intentaba, poco a poco, deshacerme de su presa.

Kazuo bajó la vista, pude aún divisarlo entre la penumbra y el alcohol.

- Está bien... te pido disculpas... ¿Que puedo hacer para... - dijo dejando ver una mirada cargada de picardía- ...compensarte? ..

Le devolví esa mirada y agarré aún más fuertemente la mano que estaba sobre mi espalda. Con la otra intenté quitarle la lata mientras aún sonreía y cuando la tuve en mis manos le di un largo trago hasta acabármela. Aún sujetaba su mano tras mi espalda aunque no tuviese "munición". Seguí sonriendo pícaramente para luego posar la mano que tenía libre sobre su pecho, haciéndole así hacia detrás, para que se quedase acostado y yo poder quedarme sobre él. Dejé la mano libre aunque ésta seguía sobre mi cintura pues no tuvo tiempo a reaccionar. Él aún estaba entre mis piernas por lo que me incliné ligeramente hacia delante, llegando a la altura de su oído, para comenzar a quitarle esta a vez a él la camisa.

- Dejemos las cosas iguales...

Me quedé quieto y sin resistirme a nada.

Aún me retenía la mano en su espalda por lo que yo dejé el esfuerzo para liberarme, ese brazo ya lo había perdido. Con la otra mano, me arrebató la lata en la que aún quedaba algo de bebida la cual, desapareció, al posar el recipiente en sus rosados labios.

- Podrías haberme dado un último traguito... - Hablé mientras posaba su mano sobre mi pecho para echarme hacia atrás. Una vez encima mío, noté como me soltó la mano pero yo la dejé allí, quieta, rodeando su cintura.

Se acercó a mi oído apara susurrarme...

- Dejemos las cosas iguales...

No le respondí, solo sonreí en muestra de acuerdo. También, noté el tacto de sus manos sobre mi piel, caliente por el consumo de alcohol, intentando quitarme la camiseta, cosa que no lo costó ya que yo también puse de mi parte.

Tras la sonrisa de Kazuo, acabé por seguir subiendo la camiseta hasta el punto de tener que sentarme sobre él, aunque no me fijé muy bien en donde, para luego quitarle la camiseta más cómodamente, aunque él ayudó bastante. Le observé de igual manera que él a mí, de arriba a abajo durante unos instantes para luego volver a inclinarme hacia delante, posando ambas manos a los lados de su cabeza y agachándome ligeramente para dejar nuestros rostros cerca, me gustaba eso de susurrar.

- ¿Olerás tú también a cerveza? ¿O quizás a vodka...? - lo había dicho en un susurro y primero me había acercado a sus labios pero desvié la dirección, bajando por su mejilla y llegando a su cuello.

¿Qué colonia utilizaría? Olía muy bien, quizás era un simple desodorante y había cogido olor en esa zona, pero en tal caso... Era un olor característico. Sin embargo al acercarme yo no había podido resistirme por lo que le mordí ligeramente aunque sólo un leve mordisco.

- Hermoso sabor...

- ¿Olerás tú también a cerveza? ¿O quizás a vodka...?

Esto de susurrar se le daba bien a la chica. Cada vez que lo hacía me dejaba en blanco, sin palabras. Observé su rostro en todo momento, como se acercaba a mis labios y bajaba por la mejilla hasta mi cuello.

Noté como me hincaba los dientes al cuello sin hacerme daño, por supuesto.

- Hermoso sabor...- Volvió a susurrarme al oído.

No pude aguantar mas. Solté mis brazos que aún estaban en su cintura para cogerla suavemente de lo más alto de su cuello y acercar su rostro al mío, la miré entre la penumbra durante un segundo antes de inclinar un poco la cabeza hacia arriba y besarle los labios.

- Tus labios si que tiene gusto a alcohol. - Le dije sacándole la lengua.

Las manos de Kazuo se habían posado sobre mi cuello, por el cual hizo que me alejara del suyo quedándome frente a él, rostro frente a rostro. Nos miramos durante unos instantes antes de que dejara de hacer fuerza para sostenerme y me soltase, haciendo él su cabeza también hacia arriba y juntando sus labios con los míos.

- Tus labios si que tiene gusto a alcohol - susurró entonces él para luego sacarme la lengua.

Me quedé mirándolo unos segundo más y bajé la vista a sus labios. No le había dado tanta importancia como tenía a aquel beso, sin embargo, quería volver a repetirlo. Llevé una de mis manos hacia su mejilla, alzando así su rostro nuevamente hacia arriba para juntar de forma precipitada nuevamente sus labios con los míos, aunque esta vez cerré los ojos y sí, disfruté del momento. Aunque claro, el beso no duró enternamente.

- Es que antes no me había dado casi tiempo a saborear si los tuyos también sabían a alcohol, pero veo que sí... Interesante - susurré aún mirándole.

Nuestras vistas se volvieron a cruzar unos segundos más, hasta que ella la desvió hacia abajo de mi rostro. Sin decirme nada, me besó esta vez ella a mí, yo acepté encantado cerrando los ojos al mismo momento que nuestros labios se ponían en contacto. Ella hizo lo mismo.

- Es que antes no me había dado casi tiempo a saborear si los tuyos también sabían a alcohol, pero veo que sí... Interesante.

Me susurró mientras ambos nos mirábamos a los ojos.

- ¿Me dejas que acabe de emborracharme con tus labios? - Pregunté mientras mis brazos la abrazaban por la altura del cuello para no dejarla escapar. Solo esperaba que de esa boca suya saliese un sí para volver a besarla, esta vez con más pasión.

- ¿Me dejas que acabe de emborracharme con tus labios?

Sus manos se había entrelazado a la altura de mi nuca, quizás no me dejase escapar tan fácilmente. Sentí un ligero mareo pero era interesante... Miré unos segundos más a Kazuo y decidí responderle.

- Emborráchate todo lo que quieras... - susurré volviéndome a acercar a él para arrebatarle un otro beso más.

Sin embargo esta no fue un beso inocenete de sólo juntar labios, sino que ambos entreabrimos directamente los labios para unir finalmente nuestras lenguas. Pasé una mano bajo el cuello de Kazuo para acercarme aún más a mí y que el beso se profundizara más si cabía. Tenía los ojos cerrados y las mejillas sonrojadas. Abrí los ojos ligeramente viendo así el rostro de Kazuo, pero pronto volví a cerrarlos, pegándome más a él y dejándome llevar completamente por el momento.

- Emborráchate todo lo que quieras...

Es todo lo que quería oír, nada más.

Y eso es lo que hice, besarla y besarla sin parar. Con ganas, cerré los ojos para disfrutar más aún de su boca, de sus labios, de su lengua... Y aún más me gusto que ella aceptase, que me envolviera el cuello con sus brazos para sentirla más cerca de mí.

La mezcla que tenía en los labios del amargo del alcohol y el dulce de su boca era realmente deliciosa, además, si añadimos el suave olor de sus cabellos que acariciaban mi rostro ya me sentía en el paraíso, no recordaba nunca haber disfrutado tanto con un beso así.

Kazuo quería, podía notarlo por la forma en que devoraba mis labios, igual que yo los suyos. Entrelazábamos una y otra vez nuestras lenguas, sin dejar que el tiempo se apoderase de nosotros y echase todo a perder, más bien queríamos aprovechar ese beso al cien por cien. Mis cabellos me hacían ligeras cosquillas aunque no le daba importancia. Mechones caían junto al rostro de Kazuo y lo notaba puesto que tenía aún la mano en su mejilla. Comencé a acariciar ésta suavemente y seguí pegándome más hasta sentir su torso contra mi pecho.

Ahora le sujetaba por la nuca y también acariciaba su mejilla, aunque poco a poco le hice hacia arriba, incorporándonos y quedándome sentada sobre él, quien estaba abrazándome por la cintura. No obstante, por la altura, comencé a notar levemente la sábana rozar mi cabeza, aunque no me importó, seguí besando a Kazuo evitando pensar en más cosas y pensando en muchas otras sobre él y esta situación en la cuales no debería estar pensando, sin embargo, besándonos de la manera que nos besábamos era imposible no pensar en él de forma algo más pícara.

Mordisqueé sus labios ligeramente separándome para ello un poco de él. Abrí los ojos sonrojada mirándole a él también a la vez que seguía mordisqueando dichos labios, hasta que finalmente los lamí para volver a besarle nuevamente de forma apasionada.

Sin ninguna duda, eso me estaba gustando. El problema era... ¿Hacíamos bien en meternos en esa situación? Y alguna pregunta más que en ese momento, no me importaban, porque estaba disfrutando. Ahora que tenía los labios de Katsumi quería amortizarlos, secarlos todos yo.

Me levanté con su ayuda hasta llegar a quedarme sentado, con la chica encima mío, la cual, tras mordisquearme los labios y mirarme sonrojada, me volvió a besar con más ganas. Si me descuidaba me comía, notaba todo el calentor que desprendía su cuerpo en el mío.

Levanté un poco los brazos que tenía abrazándola por la cintura hasta llegar a media espalda y empezar a acariciar su suave espalda. También reducí el ritmo de mis besos, menos pasión para darle más cariño.