Necesito recuperarla [25 de Mayo, Tarde]

Visualicé en mi cabeza el salón de Sez y en un instante me encontraba allí, o eso creía, porque desde luego no lo veía, aunque debía ser porque ya no oía el murmullo de la gente atónita y se respiraba un perfecto olor hogareño, un olor con el que me despertaba todos los días últimamente, un olor que mis fosas nasales podrían reconocer en seguida... esto de ciego tiene ventajas increíbles, te fijas más en los detalles ínfimos, pero si estaba ciego Sez quizá dejaría de quererme y nunca podría salvar a Sam.

-¡Sez, Sez, ¿estás en casa?!

Con solo abrir un poco los ojos me podría quedar ciego de por vida, así que tenía que fiarme de que Sez estuviera en casa y no hubiera un espía o algo así, o me iban a matar sin que yo pudiera hacer nada, no sería la primera vez que entran en casa de Sez y me parecía extraño no recibir respuesta a la llamada.

[FDI:][Personaje no Jugable: Kai Tsubawara]

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Por desgracia para el italiano, Sez Argonar aún no había llegado a casa. Y no sólo eso, sino que ante él se encontraba una mujer de negros y largos cabellos, ojos rasgados y felinos que desprendían una gélida mirada (aunque de esto ahora no podría percatarse él, como es obvio) y un esbelto cuerpo enfundado en un peculiar traje ninja.

Kai Tsubawara estaba sentada en uno de los reposabrazos del sofá de la griega, mirando a Fabrizzo con inusitada atención. No tardó en ponerse de pie , tras observar que tenía la cara manchada de tinta, optando por aprovecharse de su debilidad.

- Sez no está en este momento. - se limitó a decir.

Se cruzó de brazos y esperó a que el hombre se sorpendiera y se pusiera a la defensiva al pensar en que tenía ante él a su enemigo. De una de las manos de la mujer, por cierto, colgaba un collar de plata que acababa en una pequeña piedra negriza.

Oi un ruido proveniente del sillón, como alguien respiraba y se levantaba, luego oi la voz de alguien que no era Sez.

-Sez no está en este momento.

-¿No? Jo... pues la necesito... necesito que me quite toda esta tinta, me voy a quedar ciego... ¿eres una amiga suya?

Supe mantener la compostura y hacerme el tonto creyendo que era una amiga de Sez, en el fondo sabía que era de la Agencia, fijo... solo esperaba que no hubiese hecho daño a Sez o iba a lamentarlo, sea mujer o sea lo que sea... no bajé la guardia aunque me mantuve tranquilo.

[FDI:][Personaje no Jugable: Kai Tsubawara]

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Kai soltó una leve risa cargada de ironía.

- Creo que ya te habrás dado cuenta de que no soy amiga de Sez.

Comenzó a dar vueltas alrededor del italiano con lentitud, cruzada de brazos y con una mano bajo su mentón. Necesitaba limpiarse esa tinta de su rostro si no quería perder la vista, de manera que estab subordinado a ella... Perfecto.

- Bien, dado que necesitas ayuda urgente y no hay nadie más por aquí salvo yo, te ofreceré un trato: dame tu piedra y limpiaré la tinta de tu cara.

- Creo que ya te habrás dado cuenta de que no soy amiga de Sez.

Qué tía más aburrida, yo que quería jugar a su juego...

-Demasiado "inteligente" para ser amiga de Sez, seguro que ni siquiera la conoces...

Entonces noté que empezaba a dar vueltas alrededor mía.

-¿Es que en otra vida eras un buitre?

Pero me ignoró.

-Bien, dado que necesitas ayuda urgente y no hay nadie más por aquí salvo yo, te ofreceré un trato: dame tu piedra y limpiaré la tinta de tu cara.

-¿Me tomas el pelo? Podría lanzarme ahora mismo en medio de un lago para limpiarme o volver a mi base secreta a que lo hagan mis subordinados... si he vuelto aquí era porque era más romántico y enternecedor que lo hiciera Sez, pero como veo que no está... me voy...

Hice un ademán de irme, algo me decía que esa chica me necesitaba.

[FDI:][Personaje no Jugable: Kai Tsubawara]

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Una leve risilla salió de los labios de Kai.

- Bien, si quieres dejar a Sez a su suerte, allá tú. Quedará sobre tu conciencia. - vio su expresión de confusión así que prosiguió - Sí, Fabrizzo, Sez está aquí, en esta sala. Pero no puede hablar porque está amordazada y maniatada. Y además ahora mismo está inconsciente. - le dijo con seriedad.

Por supuesto, era mentira, pero dado que él no estaba en condiciones de comprobarlo por sí mismo, podría perfectamente creérselo.

- Bien, si quieres dejar a Sez a su suerte, allá tú. Quedará sobre tu conciencia. Sí, Fabrizzo, Sez está aquí, en esta sala. Pero no puede hablar porque está amordazada y maniatada. Y además ahora mismo está inconsciente.

¿Quería hacerme creer que ella podía dejar inconsciente a Sez? En fin...

-Ajam... y yo soy Diego de la Vega... -hice como que sacaba un estoque imaginario de mi espalda y ataqué al aire a lo tonto- "ríndete bandida..." -dije poniendo voz de "español sensual"- Tus posibilidades de dejar a Sez inconsciente son del cero coma cero cero cero cinco porciento, dando a entender que ese porcentaje solo se daría cuando... -me pensé una buena respuesta- ...las cabras toquen la guitarra eléctrica. -No hubo respuesta, así que supuse que debía estar mirándome flipando- Bueno, vale... la verdadera razón de que no crea que hayas atrapado a Sez es muy simple, si lo hubieses hecho no estarías esperándome, si sabes que tengo una piedra, conoces su poder, hubiese salvado a Sez en menos que te diera tiempo a parpadear, obviando que no sabías que iba a llegar con una mancha de tinta en los ojos, a no ser que tengas una piedra con el poder de la clarividencia o algo por el estilo, pero no lo creo... ¿Ahora vas a ir al grano o me voy?

[FDI:][Personaje no Jugable: Kai Tsubawara]

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Rió, y esta vez rió con ganas. Tardó algo más de tres minutos en serenarse para poder responder a aquel flipado.

- Precisamente porque sé que tienes una piedra te estaba esperando, y Sez era mi única baza para conseguirla. ¿Que no podría dejarla inconsciente? Es fácil, querido ingenuo. Sez tiene el poder del tiempo, sí, pero no tiene ojos en la nuca. Y arrebatarle la piedra una vez está en el suelo indefensa es un juego de críos. - hablaba con soberbia.

Sí, todo aquello era mentira, pero bien podría ser cierto. Además, le divertía confundir al italiano, además de ponerle a prueba. Eso sin contar con el hecho de que debía esperar a que la dueña de aquella casa llegara para poder exponer su verdadero propósito.

- Precisamente porque sé que tienes una piedra te estaba esperando, y Sez era mi única baza para conseguirla. ¿Que no podría dejarla inconsciente? Es fácil, querido ingenuo. Sez tiene el poder del tiempo, sí, pero no tiene ojos en la nuca. Y arrebatarle la piedra una vez está en el suelo indefensa es un juego de críos.

¿Se creía que era rematadamente tonto o qué?

-Ya te lo he dicho, querida... la única razón para creerte sería que me hubieras dicho que tenías a Sez en otra parte del mundo encarcelada, sabes cual es el poder de mi piedra, no tenía sentido que me esperases con ella al lado, la podría haber salvado, además no podías saber que vendría "ciego"... por lo tanto deduzco que no tienes a Sez y eres una fantasma, sería una estupidez irme y dejarte en casa de Sez esperándola para tenderla una emboscada, pero soy inútil siendo ciego... así que voy a limpiarme y ahora vuelvo para dejarte inconsciente, ¿vale? No tardo nada...

Dejé unos segundos para que hablara por si tenía algo que decir al respecto.

[FDI:][Personaje no Jugable: Kai Tsubawara]

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En efecto, Kai pensaba que aquel italiano tenía más músculo que cerebro. O eso, o era demasiado pasional como para pararse a pensar un momento en las posibles variables. Ella sabía el poder de su piedra, sí, y no sabía que llegaría indefenso... Pero al verlo llegar, teniendo a Sez maniatada como había mentido y agarrándola, ¿cómo iba a teletransportarla? Primero, antes de que se acercara podría dejarle fuera de combate con una de sus amiguitas venenosas. Segundo, podría teletransportar a ambas en lugar de sólo a Sez. En fin, lo que estaba claro era que si verdaderamente tuviera intenciones malévolas ya ambos estarían muertos y sin sus piedras.

Pero ni se molestó en explicarle eso, dejaría que pensase que era un hacha en el razonamiento. Simplemente sonrió ladeadamente y se dio la vuelta, aún sabiendo que él no vería su sonrisa cargada de sorna.

- Vale, te esperaremos aquí. - a pesar de todo, aún seguía con el juego de "tengo a tu chica".

- Vale, te esperaremos aquí.

-No se te ocurra hacerla nada, ¿eh? Que no tardo ni un segundo. -bromeé para seguirla el juego.

Luego me tele transporté a uno de mis muchos apartamentos en Venecia directo a la ducha y abrí bien el grifo de agua fría, al principio solté un pequeño gemido de nenaza, pero recordé mis días en aquella prisión del demonio en la que me enchufaban diariamente con agua fría de una manguera y fue como en los viejos tiempos, cogí la esponja y me empecé a frotar los ojos con fuerza, no es que no doliese, pero no había alternativa, en unos momentos la esponja se quedó llena de tinta y mis ojos estaban limpios, los aclaré una última vez por si las moscas y abrí los ojos en medio de la oscuridad del baño que no tenia ventanas...

-Vaya, casi diría que sirvo de ciego, puedo ir a donde quiera cuando quiera y sin tropezarme con nada... -luego razoné las palabras que acababan de salir de mi boca- tu eres tonto Fab. En fin, al lío... no creo que sea buena idea ni cambiarme de ropa -dije mirándome todo empapado, me quité la chaqueta y volví a ver la tinta de los pantalones -maldito tío... como le vea y encima haya hecho algo a Sam, va a desear no haber nacido, pero primero va Sez...

Al quitarme la chaqueta vi que la camisa que tenía debajo transparentaba y se me veía todo el torso, por un momento pensé cosas oscuras y lujuriosas, pero es que no había tiempo para cambiarse de ropa, así que me tele transporté de nuevo al salón donde la chica, de buen mirar por cierto, seguía en el sitio esperándome tan tranquila.

-Siento la tardanza, me caí a un lago... -mentí, pero era más gracioso que decirla que me había duchado con ropa, era como si quisiera impresionarla- Bueno, ¿por donde íbamos? ¿Qué decías de Sez? No la veo... ¿a dónde te la has llevado? -aún la seguía el juego- eres más rápida de lo que pensaba... espero que no seas tan rápida en todo.