Primer concierto, primeros nervios [15 de Mayo]

Todos los del grupo respondieron con ahínco a su llamamiento, y más alegría que le dio al comprobar la leve sonrisa de James que, bueno, era una sonrisa al fin y al cabo. ¿Significaba eso que declaraba una tregua? Muy poco común en él, pero precisamente por eso Aya se sintió más orgullosa del hecho de que no haber dudado en colocar su mano sobre la de Katsumi.

- ¡Let's go! - gritó después de haber separado las manos, hacia arriba.

Aya miró a Takumi antes de salir hacia el escenario, pero estaba distraído hablando con Shizuma y su "no-novio" pelirrojo, así que simplemente sonriço, contenta de que estuviese allí a pesar de todo, aunque él no pudiese verla. Tomó su bajo, colocado junto a la puerta que daba a la tarima y a las exclamaciones del gentío, y tomó la misma posición que antes. Katsumi tomó la posición central, delante de todos, aunque había que esperar la señal del coordinador para poder empezar, y después la de Gerahd, que era el marcaba el comienzo de la canción que iban a tocar en ese instante.

La adrenalina estaba a punto de convertirla en una especie de superwoman, pero a pesar de todo la loca pelirrosa conseguía mantenerse quieta, sujetando con firmeza su fiel bajo. Los gritos de su fans pedían el comienzo de la segunda parte del concierto, pero ella estaba segura de que ninguno tenía tantas ansias como los cinco integrantes.

Los chicos del grupo comenzaron a desfilar de nuevo hacia el escenario, y fue entonces cuando Étoile se le acercó, seguida del novio de la bajista. No pudo evitar, en cierto modo, tolerar poco su presencia con ellos. Es decir, la violinista era SU acompañante, ¿no? Luego sacudió ligeramente la cabeza para apartarse esos pensamientos de la cabeza, autodenominándose tirano sin remedio.

- Bueno, de vuelta al Caos - le dijo a su amiga - Por cierto, ya que no nos han presentado... Fox Leblanc.

Le tendió la mano al japonés esperando a que se la estrechase. Sabía que los nipones eran bastante refinados en cuanto a modales, así que suponía que ese gesto estaba bien empleado dada la situación. Bah, lo que fuese. ¡Tampoco debía comerse tanto el tarro!