Violin's songs [10 de Mayo] Privado.

Había vuelto a verlo. Aquella noche se habían dado los números pero Étoile no esperaba que fuese a contactar con ella tan rápidamente. Ambos quedaron justo dos días después, disfrutando nuevamente de vistas, veladas, música (que esta vez no provino de su violín) y por supuesto.. un agradable paseo. Como la última vez, se lo había pasado muy bien y se alegraba por ello. Ahora le tocaba a Étoile llamarlo, y lo haría pero no aquella noche. Era la primera vez que había sustituído momentáneamente sus pensamientos. Estaba en su casa, jugueteando con su gato cuando divisó el armario. Sus pasos le llevaron hasta él, en el cual sacó un vestido negro, el de la Signorina del antifaz, o así la llamaba Mask DeMasque. Una sonrisa melancólica surgió en sus labios. Era noche, una noche preciosa ¿por qué no? Shizuma se puso el vestido al igual que el calzado. Se quitó el palo chino de sus cabellos grises y los dejó sueltos. Un antifaz cubría sus ojos, un antifaz negro, no el que le había regalado el ladrón, ese... Lo guardaba con mucho cariño y no quería que se estropease. Pero sí que cogió su violín, el violín que él había hecho para ella. Sin embargo el simple hecho de cogerlo entre sus manos hizo que su corazón se encogiese de tal forma que sintió una punzada muy grande en su corazón. Lo dejó sobre la mesa y buscó en el último cajón aquel espejo que serviría para llamarle. Se reflejó en él pero no lo tocó y tampoco pronunció su nombre.

Deseaba tocar el violín, quería tocarlo en la noche junto al Gran Canal, juntos a los gatos, junto al agua que corría bajo el puente. Así hizo, se puso la capucha, cogió el violín del ladrón y se precipitó en salir rápidamente de su casa, sin ser vista afortunadamente. Caminó por los callejones, pasando por el que había huído la primera vez con Fox, haciendo así que sonriera. No obstante, en un bolsillo de aquella túnica con capucha, se hallaba el espejo. Shizuma estaba ansiosa por saber de él pero... ¿Él sentía lo mismo? ¿Estaría tan desesperado como ella en verse? Suspiró ya apoyada en la barandilla del Gran Canal. Se miraba al espejo pensativa, pero volvió a guardarlo.

Se llevó el violín al mentón y tocó la primera canción que se le salió del corazón...

https://www.youtube.com/watch?v=Hg8Fa_EUQqY

Después de la velada que habían pasado juntos, Fox y Étoile habían vuelto a quedar. Él la había llamado al día siguiente, no queriendo repetir el mismo error que había cometido meses atrás, el cual por desgracia recordaba día a día. Sin embargo esta vez era distinto. La violinista era una mano amiga que esperaba no soltar, y una vez más había aprovechado una buena tarde en compañía, además, de la música. Esperaba que se repitiera, pero agradeció tener aquella noche libre porque... tenía otros planes.

Un importante director norteamericano tenía previsto visitar la ciudad para estudiar las posibilidades de dirigir una película entre canales y góndolas y... Mask DeMasque entraría en acción para arrebatarle un reloj de bolsillo hecho en oro puro. Usando los espejos, el ladrón más buscado del mundo se introdujo en la habitación de víctima, rociando primero la estancia con un potente gas somnífero gracias al cual podría apoderarse de su botín sin necesidad de usar la violencia para dejar fuera de juego al americano.

Sin embargo, no salió del Hotel Imperiale de la misma forma en la que había entrado. Se escabulló por la azotea y comenzó a desplazarse entre tejado y tejado, con la intención de ir a un lugar en concreto, y no era su casa. Como cada vez que cometía un robo desde que la había conocido, pasaba por el Gran Canal con la esperanza de verla de nuevo, pero la imagen de la esquina solitaria era una tortura para su espíritu.

Pero aquella noche fue diferente.

Aún faltaba bastante hasta llegar al puente, pero sus oídos captaron a la perfección la melodía de un violín. Su violín. El que él había hecho para ella. Al igual que sus pasos, los latidos de su corazón comenzaron a acelerarse de tal manera que el ladrón pensaba que se le iba a salir del pecho. Estaba allí, tocando... ¿Pero por qué no lo había llamado? Una vez más la tristeza iba de la mano de la emoción, aunque esta vez no fue suficiente como para nublar su juicio.

- ¿Tocatta e fuga?

Su voz salió de entre las sombras, asomando primero su gorro de copa, y a continuación su máscara de hierro. Sin embargo, no avanzó más a pesar de sus deseos de tenerla entre sus brazos. Era ella, con su ondeante pelo plateado, su antifaz negro y... sí, el violín.

- ¿Tocando en solitario... Signorina?

Siguió tocando con sentimiento aquella melodía, le recordaba a él pero era la primera que le había salido del corazón e iba para él... Es más, con esa canción deseaba llamarlo, deseaba que fuera como la llamada que ella no había realizado a través del espejo. Sus ojos permanecían cerrados y se hallaba en el centro de aquel puente, un puente lleno de recuerdos.

Cuando terminó de sonar aquella preciosa melodía, iba a comenzar a descende el violín dándose cuenta de la cruda realidad cuando.. una voz le sorprendió.

- ¿Tocatta e fuga?

Aquella voz hizo que el corazón de la violinista comenzara a palpitar con muchísima velocidad. Esa voz... era totalmente reconocible para ella. No podía ser ¿el destino? No... No existían casualidades, él estaba ahí por alguna razón, porque tenía que estarlo. La Signorina del antifaz fue dándose poco a poco la vuelta, observando como un sombrero asomaba por una esquina, apareciendo aquella elegante pluma que portaba en el sombrero, para después ver el brillo de su máscara de hierro, aquella máscara que dejaba ver la sonrisa del chico que la portaba.

Siguió mirándolo, notando como sus piernas comenzaban a flaquear. ¿Por qué no se acercaba?

- ¿Tocando en solitario... Signorina?

Se había girado aún con el violín en el mentón, por lo que lo fue bajando poco a poco, dejando el arco a su derecha y el violín, obviamente a su izquierda. Dejó que el silencio se apoderase un rato más de la situación, todavía no podía creérselo.. Era él, era Mask DeMasque.

- En realidad... Os llamaba - confesó clavando su mirada oliva en los ojos azul cielo del enmascarado.

Entonces, se dio cuenta. La última vez que había visto a Mask DeMasque, las últimas dos veces, siempre había robado algo, por lo tanto Shizuma pensó que aquella noche no iba a ser diferente. Recordó como había bailado con él en aquel acontecimiento... También recordó que él se había ido, y ella había salido detrás, buscándole sin poder encontrarlo por ninguna parte... Por eso quizás, no había querido llamarle... Porque pensaba que él no quería que lo hiciera pues ni había dejado que se despidiera aquella noche tan mágica, aunque nada comparado con la de París.

Suspiró suavemente.

- Deberíais ocultaros, no tardaran en comenzar a buscaros

¿Que lo llamaba? Sí, efectivamente la bella música de su violín lo había dirigido hacia el Gran Canal como si fuese uno de los ratones del flautista de Hamelín, pero... ¿Acaso no le había dado un espejo? Si realmente hubiese querido llamarlo, tal y como aseguraba, aquél hubiese sido el método más rápido y efectivo. Entonces, ¿por qué? ¿A qué jugaba? De acuerdo, no podía saber que tenía su corazón en su mano, y eso era culpa de él por actuar como si todo fuese un simple juego. Pero no lo era. Era algo serio, sus sentimientos estaban en primera línea.

- Deberíais ocultaros, no tardaran en comenzar a buscaros.
- Ya sabéis que eso no es problema para mí. Pero si queréis que me vaya, así lo haré - respondió, serio.

Sabía que aquella respuesta había sido una osadía por su parte, pero quería oírlo. Necesitaba escuchar cómo la Signorina le pedía que no se marchase, y que se quedase con ella. ¿Lo haría? ¿Y sino?

- Ya sabéis que eso no es problema para mí. Pero si queréis que me vaya, así lo haré

Shizuma sintió un pequeño dolor en el corazón. ¿Quería marcharse? No, no le dejaría... Había esperado mucho tiempo para que todo acabase en un hola y adiós. Quizás... Ella no se hubiese atrevido a llamarle y se lamentaba por ello, pero eso no significaba que lo que más desease aquella noche era verlo.

- Sabes que lo último que deseo es que os vayáis. - confesó, desviando la mirada y girándose levemente - Pero tampoco quiero que os pongáis en peligro... por mí.

- Sabes que lo último que deseo es que os vayáis.

El ladrón sintió cómo el corazón le daba un vuelco al escuchar esas palabras. Lo había dicho. Realmente la Signorina acababa de afirmar que no quería que se fuera, y la forma en la que había formulado aquella frase, su tono de voz... Que se marchase era lo último que deseaba.

- Pero tampoco quiero que os pongáis en peligro... por mí.

Fox ya no podía aguantarlo más. ¿Cuánta distancia lo separaba de la mujer? Ya no sólo física... Y no, definitivamente no estaba de acuerdo con eso. Esta vez la tenía delante y no iba a permitir que se escapase o que algo saliera mal como la última vez.

En unas zancadas el joven enmascarado se situó frente a frente a la violinista, y la miró un instante a los ojos. Tomó su rostro entre ambas manos y acarició suavemente su mejilla... antes de lanzarse hacia sus labios, robándole un apasionado beso que necesitaba más que nada en esos momentos.

Cuando oyó como Mask DeMasque se acercaba a ella sintió como sus piernas flaqueaban nuevamente y como su cuerpo se derretía ante él. Los nervios se apoderaron sin permiso de la violinista, la cual se quedó hipnotizada mirando al ladrón pues éste aparte de una caricia, le había dedicado una mirada cargada de sentimientos. Sin embargo, cuando el ladrón se inclinó en dirección a sus labios hasta finalmente posarlos sobre los de la Signorina tan apasionadamente que ésta no pudo evitar frenar el enrojecimiento que estaba apareciendo en sus mejillas.

Sentía la fría máscara metálica del chico rozar sus mofletes, y el suave tacto de su guante blanco contra su rostro. Comenzó a cerrar los ojos poco a poco, dejándose llevar por completo por aquel beso, un beso que había esperado desde hace mucho. Por su mente, pasó aquella romántica noche en París y su triste despedida, pues por parte de la violinista quería que se alargase hasta el fin de los tiempos. Y pensar que podría haber tenido ésto precisamente hace ya... Bastante tiempo. ¿Cuánto había pasado? Seguramente una eternidad para ambos.

Étoile seguía con el violín en mano, con el instrumento en una y el arco en la otra, queriendo en realidad soltarlos y palpar ella misma al chico, esperando que no fuese para nada un sueño, esperando que cuando abriese sus ojos, él siguiese ahí, besándola apasionadamente. Agarró el violín con fuerza pues le irradiaba por completo esa seguridad... Ese amor... Que desde el principio sentía por él.

Mask se veía incapaz de separarse de su enigmática amada, ya que sus labios no se cansaban de probar la dulzura de los de ella, una y otra vez. Sus manos habían acariciado innumerables veces sus mejillas, detestando que la tela del guante le impidiese sentir el tacto de su piel. El motor de sus movimientos era al ardiente deseo y la creciente pasión, así que no tardó en dirigirse a acariciar los suaves cabellos plateados de la Signorina, rodeando también su cintura para estrecharla contra él y sentirla cerca.

Pero, en ese momento...

- ¡A-alto! ¡Mask DeMasque, no se mueva!

El ladrón abrió los ojos, y se separó suavemente de la Signorina hasta darse la vuelta para mirar al policía, pero situándose delante de ella con los brazos ligeramente extendidos hacia los lados, en ademán protector. El policía llevaba un arma entre sus manos y lo apuntaba, aunque su postura estaba bastante imperfecta. Sin duda alguna lo había pillado por casualidad y estaba dejándose llevar por los nervios y, por supuesto, Fox aprovecharía eso.

- ¡Ah! No, no quiere apuntarme con ese arma. ¿Quiere que peligre la vida de mi rehén, agente? Por favor, use la cabeza...

Étoiel permanecía con los ojos cerrados, notando el suave tacto que le producía el guante del ladrón en su mejilla, aunque desearía sentir su propia mano, quizás un día lo hiciese.. Quizás algún día. Cuando el ladrón la estrechó contra él, Shizuma sintió como su corazón le daba un tremendo vuelco. Lamentablemente, fueron interrumpidos.

- ¡A-alto! ¡Mask DeMasque, no se mueva!

Abrió los ojos sorprendida, encontrándose con los del ladrón, pero pronto este mismo se giró, poniéndose delante de la violinista y llegando a extender los brazos mínimamente. La peligris se sintió culpable, él debía haber huído, ese era su plan... Pero ella le había prácticamente llamado con su melodía que para el ladrón podría semejarse al canto de sirena. Iba a pedirle que se fuera, que huyese cuando fue el propio Mask DeMasque quien abrió los labios, metiéndose en un papel bastante interesante.

- ¡Ah! No, no quiere apuntarme con ese arma. ¿Quiere que peligre la vida de mi rehén, agente? Por favor, use la cabeza...

¿Rehén? Al oir esa palabra Étoile entreabrió los labios por la sorpresa y entonces miró por encima del hombro del ladrón, divisando a un policía bastante nervioso, ¿qué tendría el ladrón en mente? Étoile, con una sonrisa en sus labios, negó con la cabeza sin que el policía de nervios flojos la viera, pues las vestimentas del ladrón la cubrían por ser anchas además de que éste era más alto que ella a pesar de que la violinista llevase tacones.

Agarró ligeramente su gabardina de color verde tirando ligeramente de ésta para llamar su atención pero sin que el ladrón tuviese que girar la vista sino simplemente poner en alerta el oído.

- Sea lo que sea lo que tengáis en mente... Adelante.

Mask notó cómo temblaban los brazos del policía, que sin duda ya vacilaba sobre lo que debía o no debía hacer. Sus ojos se habían fijado en la supuesta rehén del ladrón, y lo cierto es que prefería salvar su vida que atrapar al malechor... por muy grande que fuese su recompensa. Su mirada se volvió mucho más insegura, y Fox ya supo que lo tenía todo absolutamente bajo control. Sin embargo, había que actuar deprisa, ya que no era lo mismo encararse a un guardia que a un grupo entero.

- Sea lo que sea lo que tengáis en mente... Adelante.

El ladrón asintió levemente, de manera que sólo pudiera sentirlo su acompañante. Y en un rápido movimiento, volvió a girarse y rodeó a la chica con un brazo, lanzándose hacia el agua del Gran Canal... aunque no llegaron ni a rozarla. El ladrón había sacado un espejo de su bolsillo, mediante el cual desaparecieron sin dejar ni rastro, y dejando que el cristal se hundiese. Cuando el policía se asomó, comprobó con asombro cómo nadie salía del agua.

[ ... ]

Sólo fue cuestión de segundos para que Mask y la Signorina saliesen de la dimensión de los espejos. Un fuerte viento azotaba el destino donde habían ido a parar, y por ello el enmascarado se zafó de su gabardina, rodeando el cuerpo de su acompañante para guarecerla. Las vistas desde aquellas alturas eran... impresionantes, ya que las noches de Londres vistas desde el Big Ben eran, sin duda, todo un espectáculo.

- Habíais... ¿estado en Londres?

[ http://images3.wikia.nocookie.net/kingdomhearts/images/thumb/3/3e/Big_Ben.jpg/250px-Big_Ben.jpg ]

Mask DeMasque se giró hacia la violinista rodeándola por la cintura y lanzándose hacia el agua del Gran Canal. Por inercia, Shizuma había cerrado los ojos pero en cuestión de segundos sintió un leve mareo. Se encontraba en aquella otra dimensión, la de los espejos. Se aferró al ladrón volviendo a cerrar los ojos hasta que finalmente notó como un fuerte viendo azotaba sus cabellos grises. Entrecerró los ojos sin poder bien donde estaba, cuando sintió como la gabardina del ladrón la cubría. La cogió con sumo gusto, aunque esperaba que él no sintiese frío, y fue entonces cuando abrió los ojos, contemplando así la hermosura del lugar, una hermosura que se multiplicaba por diez mil cuando era de noche y sobre todo... Cuando estabas con cierta persona.

- Habíais... ¿estado en Londres?

- N-No... - susurró.

Seguía contemplando aquella belleza aún agarrando su violín con fuerza. Con una mano agarró ambas partes, tanto el violín en sí como el arco y con la otra mano retiró ligeros mechones que no le dejaban disfrutar de aquel paisaje pues jugueteaban con el viento sobre el antifaz. Se giró completamente hacia el ladrón y clavó su mirada oliva en la suya, sintiendo como el corazón se le encogía.

- Siento... Siento no haberte llamado. - desvió la mirada.

Ya está, lo había dicho. Quiso demostrarle que esa noche sí que tenía en mente llamarle enseñándole como prueba que portaba el espejo, pero por alguna razón no se lo enseñó. Dejó esas palabras en el aire, deseando oir una contestación por parte del enmascarado. Por el beso de hace escasos minutos, que sus labios estaban ansiosos por repetir, pensaba que a lo mejor él también la había echado de menos, o por lo menos... Eso era lo que Étoile quería creer y esperar, pues el beso había sido demasiado significativo y profundo para que fuera un mero capricho.