Una curiosa revisión [28 de Mayo]

- Étoile - dijo de forma contundente - No sabe cuanto me alegro de que sea usted esa señorita. Como te he dicho antes, era un rehén ¿qué esperabas que pensase? ¿Qué se había ido con él a jugar al escondite? Me alegro muchísimo de que Mask DeMasque sea como usted dice, y también que usted sea aquella chica que por lo tanto... Ahora está frente a mí y a salvo.

En cierto modo... Tenía razón y le molestaba muchísimo... Pero parecía ser completamente sincero. Pero ahora lo sabía ¿qué pasaría ahora? Bueno, no tenía porqué pasar nada porque el único que no tendría que saber su identidad era Mask DeMasque.

- Discúlpame por hacer tantas preguntas, no soy detective, ni policía. Soy profesor particular nada más, un profesor que leyó aquella noticia e inmediatamente se preocupó por la salud de aquel rehén ¿tan malo es eso? ¿Sabes el peso que me acabas de quitar de encima?

Souchiro se había puesto a comer de nuevo mientras Étoile volvía a desviar la mirada hacia a él, aún algo confusa y dolida por la conversación que acaban de tener. Si era tan fácil reconocerla ¿cómo era posible que el ladrón no supiese quien era? A lo mejor al igual que ella, no quería ver más allá de momento. Aunque era muy probable que ni la hubiese visto, a ella, a Étoile, rondar por las calles de Venecia.

Katow tenía parte de razón, ¿cuántas personas estarían inquietas? Quizás tenía algo de culpa, pero ella lo había decidido así, permanecer junto al ladrón pasara lo que pasase. Por encima de todo y costase lo que le costase.

- No pasa nada - contestó - Supongo que es normal preocuparse.

Siguió comienzo hasta finalizar su plato.

- No pasa nada - dijo entonces - Supongo que es normal preocuparse.

Ambos siguieron comiendo su plato hasta que terminaron. Bebió el último sorbo de refresco que le quedaba y volvió a mirar hacia la chica. Estaba algo arrepentido por haberle hecho todas aquellas preguntas, además ¿quién era él para preguntarle nada? En fin...

- Étoile, ¿te apetece tomar el postre en otro lado?

Esperaba que no se lo tomase a mal, simplemente quería pedirle disculpas, pero seguramente se negaría.

Pensó en pedir algo de postre, realmente se le apetecía pero... Souchiro se dirigió hacia ella tras beber el último sorbo de su refresco.

- Étoile, ¿te apetece tomar el postre en otro lado?

Esa pregunta realmente le sorprendió, pero negó suavemente con la cabeza.

- Lo siento mucho, me quedan escasos diez minutos para volver a abrir.

En realidad le hubiera gustado aceptar, quizás aquel paseo le hubiese sentado bien. Pudo denotar cierta decepción en el rostro del chico, por lo que continuó hablando.

- Cierro a las 19:30, ¿quieres aplazar hasta esa hora el postre?

- Lo siento mucho, me quedan escasos diez minutos para volver a abrir.

Eso era cierto y no podía hacer nada al respecto, una pena.

- Cierro a las 19:30, ¿quieres aplazar hasta esa hora el postre?

Le sorprendió bastante la pregunta pero asintió suavemente con la cabeza.

- Por supuesto.

El camarero regresó preguntando sobre el postre y ellos se negaron. Souchiro por su parte pidió la cuenta, pensaba invitar a Shizuma por haberle causado en cierto modo tantas molestias. Por lo que cuando llegó la cuenta extendió su tarjeta de crédito e impidió que Étoile pagase.

- Te lo debo.

- Por supuesto. - respondió asintiendo con la cabeza.

El camarero no tardó en llegar preguntándoles por el postre, aunque ambos se negaron. Cuando pidieron la cuenta y ésta llegó, Souchiro le impidió pagar, por lo que se sorprendió aunque insistió, de nada valió.

- Te lo debo. - dijo entonces de forma seria.

Étoile no dijo nada más y dejó que lo pagase, se lo devolvería eso seguro. En consultas, o en lo que fuese. Ambos se levantaron entonces de la mesa una vez pagado todo y se dirigieron a la salida del restaurante.

- ¿Nos vemos luego entonces? - preguntó ella, para asegurarse.

Se fueron juntos a la salida del restaurante.

- ¿Nos vemos luego entonces?

- Sí - confirmó - Hasta ahora - dijo como despedida ya habiendo dado algunos pasos y caminado, alzando la mano.

Se fue hacia su edificio que no estaba muy lejos de allí y nada más entrar comprobó el estado de la comida de Tobby. Vaya ¡había comido! Estaba muy contento. Buscó a Tobby y éste vino hacia a él, no corriendo como de costumbre pero vino. Lo cogió entre sus brazos, abrazándolo así. Se dio una ducha rápida y tomó una siesta, pues la necesitaba. Antes de dormirse se puso el despertador a una hora prudente.

El despertador lo acabó despertando. Se vistió normal, nada de formalidades. Así que camisa negra lisa, pantalones vaqueros oscuros, sus habituales zapatos. Aunque antes de todo ésto, se aseó debidamente. Salió de su casa despidiéndose de Tobby y asegurando el dejar comida y agua. Cuando salió del edificio, miró la hora. Vaya... Era más temprano de lo acordado, bueno... No le importaba esperar.

Cuando entró en el veterinario, no había nadie por lo que tocó en la puerta del despacho de la chica oyendo un tenue "Pase". Así hizo viendo la mirada sorprendida de la chica. Se sentó en uno de los asientos negros y volvió a examinar la sala encontrándose nuevamente con las fotos de aquella mañana.

- Siento haber llegado antes de lo acordado, ¿quieres que te ayude luego a recoger?

Tras despedirse, acabó por desaparecer de la vista de Étoile. Ésta volvió a su trabajo, viendo así en la puerta a un señor con su mascota. No tardó pues en atenderlos y cuando terminó siguió reorganizando las fichas de los animales que habían venido tanto hoy como días anteriores. Pero las horas no pasaron volando para la chica, fue un día bastante aburrido... Por una parte no deseaba que viniese nadie porque eso significaba que los animales estaban bien, pero por otro lado le gustaba cuidar de ellos.

Suspiró y comenzó a jugar a un juego de cartas del ordenador. Acabó sacando ficheros y organizándolos y así con cada cosa que encontraba. Pero sin esperarlo alguien tocó a la puerta, por lo que volvió a sentarse y le indicó que pasase. Era Souchiro. Miró su reloj, no esperaba verle tan pronto. Le indicó que se sentase.

- Siento haber llegado antes de lo acordado, ¿quieres que te ayude luego a recoger?

- No te preocupes - negó con la cabeza - Cómo puedes ver no tengo mucho trabajo, pero gracias, no hace falta que me ayudes a recoger.

El teléfono sonó y Étoile le pidió al chico que le disculpara.

- Nagisa... ¿Qué tal estás?.. Me alegro. Pues trabajando... Sí tranquila, todo bien. ¿Hoy? No podré, tengo planes. No, con Fox no. Que últimamente salga mucho con él no quiere decir nada -///-... Sí, te llamaré.

- No te preocupes - negó con la cabeza - Cómo puedes ver no tengo mucho trabajo, pero gracias, no hace falta que me ayudes a recoger.

Entonces, el teléfono comenzó a sonar y Étoile le hizo un gesto a Souchiro para indicarle así que esperase un momento. Pero inevitablemente escuchó la conversación, aunque mientras su mirada seguía rondando por la mesa de aquella señorita, topándose de nuevo con el bote curioso de bolígrafos y por supuesto, de las fotos. Que curiosamente era en lo que más se fijaba. Sus ojos se pararon luego en la veterinaria viendo que se había sonrojado levemente tras pronunciar el nombre de Fox. ¿Fox?

Cuando colgó, Souchiro volvió a la ronda de preguntas pero mirándole de forma insinuante, sólo para picar.

- ¿Fox eh? ¿Así es como se llama nuestro ladronzuelo?

La conversación no tardó en finalizar, pero cuando miró nuevamente hacia Souchiro comprobó que tenía una mirada un tanto insinuante por lo que provocó que el sonojo de antes no se esfumase del todo.

- ¿Fox eh? ¿Así es como se llama nuestro ladronzuelo?

Rió ligeramente.

- No - contestó directamente tras reir - Fox es un amigo mío - miró hacia el marco de foto y lo señaló - ¿Ves? Este pelirrojo de aquí es Fox.

Se quedó entonces algo melancólica pensando en que... Aunque le preguntaran por el auténtico Mask DeMasque, no podría responder pues aún desconocía su identidad. Todavía no sabía qué nombre, qué rostro que ocultaba bajo aquella máscara metálica y bajo aquellos ropajes tan voluminosos. Su rostro se había entristecido ligeramente pero pronto negó con la cabeza y comenzó a recoger las pocas cosas que quedaban para luego dejar la bata colgada del perchero.

- ¿Vamos?

¿Se reía?

- No. Fox es un amigo mío - miró hacia la fotografía con la cual antes se había entretenido y señaló al chico - ¿Ves? Este pelirrojo de aquí es Fox.

¿Fox eh? Qué nombre más... "simpático". La chica se había puesto a recoger pequeñas minucias sin importancia y luego dejó la bata colgada del perchero. En realidad la hubiese ayudado pero como antes ella le había dicho que no hacía falta, pues no quiso insistir y pasar por pesado.

- ¿Vamos?

... Antes de poder responder ocurrió algo inesperado. Se comenzó a oir como una radio, un retransmisor. No... Ahora no. En efecto, era la policía. Seguramente le habían seguido la pista aquella mañana, aunque esperaba que no porque sino sabrían donde vive pero de cajón.

- Sí jefe, he visto como entraba aquí. Cambio.
- Estad alerta. Corto.

La chica parecía bastante desconcertada y se podían ver algunas sombras a través de la puerta de la chica, pues era de éstas de plástico por cierta sona y se podía reflejar lo que se avecinaba. A veces lamentaba tener que cargar con el peso de sus padres, pero era su destino, le había tocado vivir de aquella manera. Había que pensar con calma.

Étoile se aproximó a la puerta para ver lo que ocurría.

Vale, con calma pero rápido. ¿Por qué tenía que utilizarla? No había otra manera. Respiró hondo y se fijó una vez más en la fotografía del pelirrojo.

- Fox... Déjame copiarme un instante.

En un abrir y cerrar de ojos había desaparecido aquel chico de cabellos grises y ojos olivas. Ahora había un pelirrojo con ojos tremendamente azules, cabellos pelirrojos y exactamente la misma ropa que la que tenía el chico en la foto. Shizuma todavía no se había fijado en Souchiro pero... No había otra solución. Se acercó hacia la puerta y abrió bruscamente.

Viendo así como un tipo lo apuntaba.

- No se mueva.
- ¿Hay algún problema?

Como jamás había oído la voz del chico, a su piedra le había sido imposible retener aquel tono, por lo que su voz había cambiado pero a pesar de ser clavado a Fox, todavía había algo imperfecto. Pero con eso le bastaba.

- Sí jefe, he visto como entraba aquí. Cambio.
- Estad alerta. Corto.

¿Pero qué estaba ocurriendo? Miró unos segundos a su acompañante y luego comenzó a dirigirse hacia la puerta. Pero no abrió. Observó como aquellas siluetas se acercaban cada vez más. No podía ser. ¿Habían averiguado para quien trabajaba? Sabía que tenía sus riesgos pero no sabía que fueran tan descuidados los tipos para quienes trabajaba, o el tipo, o quien fuera. Sintió como un nudo se iba agrandando cada vez más en su garganta y su cuerpo se ponía nervioso.

Sin embargo cuando por fin iba a abrir, un pelirrojo se interpuso ante ella abriendo la puerta de forma rápida.

- No se mueva.
- ¿Hay algún problema?

- ¿Fox...? - fue lo que salió de sus labios.

¿Qué cojones estaba ocurriendo? Giró al vista rápidamente para contemplar que no estaba Souchiro. Volvió a girarse hacia Fox desconcertada y luego miró al agente. No entendía nada, pero quería explicaciones y las quería ya.

- Apártese - ordenó el agente.

Los dos se apartaron así y Fox se quedó al lado de Étoile mientras ésta seguía mirándole totalmente desconcertada.

- Negativo. Aquí no se encuentra el sospechoso.
- Pues habrá huído, seguid buscando inmediatamente, ¡no se nos puede volver a escapar!
- ¡Sí jefe!

El agente abandonó el lugar tras inspeccinarlo a fondo a más no poder. Abriendo las puertas de forma muy brusca para luego efectivamente irse, y no de muy buenas maneras. Shizuma se quedó aún paralizada en el lugar y se llevó una mano a la cabeza, más exactamente la frente, adoptando una postura pensativa, aunque luego frunció el ceño.

- ¡¿Se puede saber..!? - se serenó - ¿Qué ocurre aquí?

- ¿Fox...?
- Dime.

Tenía que responder con normalidad o sino podría parecer sospechoso.

- Apártese - ordenó el agente.

Ambos hicieron caso ante aquella orden, apartándose así. "Fox" miraba a Étoile, sabía que estaba muy desconcertada pero era totalmente normal, tenía que explicárselo pero no podía, quizás pudiese contárselo por encima, o quizás se lo debiese.

- Negativo. Aquí no se encuentra el sospechoso.
- Pues habrá huído, seguid buscando inmediatamente, ¡no se nos puede volver a escapar!
- ¡Sí jefe!

Tras inspeccionarlo todo bastante bien y muy gruñonamente, el tipo abandonó el lugar. Souchiro cerró la puerta mientras Étoile permanecía inmóvil mirándole con el ceño muy fruncido, se había enfadado bastante y lo lamentaba por ello.

- ¡¿Se puede saber..!? - se serenó - ¿Qué ocurre aquí?

- No... No puedo contártelo, pues eso te convertiría en una especie de cómplice.

No podría abandonar aquel aspecto pues sino podrían pillarle saliendo de aquel lugar, y entonces pensaría que Étoile había estado ocultándolo. Suspiró. Cuando hubiesen llegado al lugar del postre, entonces cambiaría de apariencia.

- ¿Vamos a por ese postre? Confía en mí.

Era Fox... Es que era Fox. ¿Dónde estaba Souchiro? ¿Qué hacía Fox ahí?

- No... No puedo contártelo, pues eso te convertiría en una especie de cómplice.

¿Cómplice? Todavía seguía bastante confusa y sin comprender nada de nada.

- ¿Vamos a por ese postre? Confía en mí.

¿Qué? Ahora sí que estaba desconcertada. Pero había algo extraño... Tenía la voz mucho más grave que la del propio Fox. Pero... Esos pelos rojizos y esos ojos azules ¿cómo poder copiarlos? Su vestimenta... Espera. Desvió la mirada hacia la mesa encontrándose con una réplica exacta en vestimenta y todo, al chico que tenía delante. ¿Souchiro? Es decir ¿Souchiro era Fox? Quería explicaciones, ¿por qué debería de confiar en él?

- Vamos - dijo seria, cogiendo sus cosas y largándose del lugar para luego cerrarlo una vez "Fox" o quien fuera que fuese, saliese también.

El tono serio de la chica se lo dejó más que claro, pero qué le iba a hacer. Ya le daría explicaciones, pues bien se las merecía. Salieron los dos de lugar y la señorita se encargó de cerrarlo todo debidamente. Comenzaron a caminar en silencio. El chico se sentía un poco incómodo pero ahora mismo no podía hacer nada más. Fueron a una heladería y la chica no dijo nada, al parecer se le habían quitado las ganas de helado, sin embargo Katow pidió dos vasos y uno de ellos se lo entregó a la chica, quien empezó a comerlo disimuladamente pero sin darle mucha importancia. Se sentaron en un lugar algo apartado. Era como una plaza bastante pequeña pero con algunos bancos y afortunadamente no había nadie.

Se sentó y suspiró clavando la cucharilla de plástico en el helado.

- Soy un stoner. ¿Se llama así no? Las personas que poseen piedras "especiales" - miró hacia la peligris - Habrás comprobado que poder tiene la mía - volvió a suspirar - La razón por la que la policía me buscaba... No puedo decírtela es algo privado.

Al final acabaron en una heladería, aunque Étoile en todo momento se opuso a un helado. Sin embargo Souchiro se lo compró de todas maneras. Ésta no lo rechazó pero no se lo comió del golpe, digamos que tuvo demasiada paciencia en comérselo. Caminaron hasta llegar a una pequeña plaza en la cual había cuatro bancos contados. Se sentaron en uno. Shizuma seguía sin decir absolutamente nada, y se sentó tranquilamente en uno aún si pronunciar palabra.

Surgió otro gran silencio, más bien el inicial no había acabado. Pero Katow se encargó de cortarlo.

- Soy un stoner. ¿Se llama así no? Las personas que poseen piedras "especiales" - miró hacia la peligris pero ésta ni se inmutó - Habrás comprobado que poder tiene la mía. La razón por la que la policía me buscaba... No puedo decírtela es algo privado.

Étoile dejó la cucharilla clavada en el vaso y se giró hacia el chico con una mirada demasiado seria y con el ceño fruncido.

- ¿Tan privado como mi identidad y relación con Mask DeMasque?

El gesto de la chica puso nervioso a Katow. Iba a responderle, ¿qué coño iba a responderle? ¿Por qué se había puesto tan nervioso de repente?

- ¿Tan privado como mi identidad y relación con Mask DeMasque?

... K.O

No pudo decirle nada. Y tampoco pudo apartar su vista de ella. Siguió en plan orgulloso, mirando aquellos ojos tan parecidos a los suyos durante un rato más pero no pudo contener mucho más la vista y suspiró nuevamente, y de forma mucho más sonora.

- Está bien está bien... - comenzó - Previamente, yo no tenía esta piedra. Era una posesión muy valiosa para mis padres los cuales... Eran traficantes - miró a la chica - Pero no de droga, no mal pienses. Aunque con la palabra traficante sé que muy bien no puedes pensar. En fin, el caso es que la familia quedó marcada, tanto mis padres como yo. Siempre hemos estado huyendo aunque claro... Yo era un crío para entonces y no me enteraba de mucho. Sin embargo... Desaparecieron dejándome esta piedra. Ahora mismo no sé su paradero pero sé que no están muertos pues de vez en cuando recibo alguna carta. El caso, es que yo tengo que seguir huyendo por un error que no cometí y por eso... - respiró hondo - He tenido que convertirme en la primera persona que he tenido dos veces delante, que era esa foto. Porque si llego a convertirme en ti, para empezar quedaría un poco raro que estuviesen dos gemelas en el mismo trabajo con la misma ropa y... - volvió a suspirar - Bueno eso, lo siento.

Katow se atrevió a mantenerle la mirada. ¿Qué pasa? ¿Acaso no tenía parte de razón la violinista? Iba a girar el rostro de forma impertinente cuando el chico fue quien apartó la mirada para comenzar a explicarse. Más bien, le contó partes de su vida que Étoile consideró bastante íntimas. Sin embargo, no dijo absolutamente nada y aunque pareciese que no escuchaba, era todo lo contrario y es más, se quedaba con todos los detalles. No iba a preguntarle que qué traficaba su familia, no era de su incumbencia, pero tenía una gran pregunta en la mente.

- ¿Puedes ser quien quieras? - preguntó con interés - Es decir... ¿Puedes, por ejemplo, transformarte en mí? Me refiero, una mujer, vaya alguien del sexo opuesto.

Se le había pasado algo por la mente, una posibilidad, un escape, una salida... Una ayuda.

Estaba nuevamente nervioso. ¿Qué le diría ahora? ¿Le preguntaría sobre él?

- ¿Puedes ser quien quieras? Es decir... ¿Puedes, por ejemplo, transformarte en mí? Me refiero, una mujer, vaya alguien del sexo opuesto.

- ¿Qué? :S - se quedó algo sorprendido que esa pregunta, pero prosiguió - Claro que puedo. ¿Por qué no iba a poder? Además, en ti sería demasiado fácil. Piensa que somos prácticamente iguales. Físicamente claro. No requeriría tanta concentración, lo que pasa es que en momentos de pensar con rapidez no me cuesta mucho, afortunadamente.

Se quedó unos instantes pensativo.

- ¿Por qué lo preguntas?

- ¿Qué? :S - pareció sorprenderle la pregunta de la violinista - Claro que puedo. ¿Por qué no iba a poder? Además, en ti sería demasiado fácil. Piensa que somos prácticamente iguales. Físicamente claro. No requeriría tanta concentración, lo que pasa es que en momentos de pensar con rapidez no me cuesta mucho, afortunadamente.

Entonces... ¿se atrevería a pedirle el favor?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Verás... - carraspeó - Si alguien tan normal como tú, puede reconocerme a la ligera... No me gustaría que otros pudieran hacer lo mismo y sobre todo... Alguien en concreto - desvió la mirada y volvió a centrarla en él - Si.. Si algún día necesitase que fueras yo... O "ella", tú... ¿me ayudarías?

- Verás... - carraspeó - Si alguien tan normal como tú, puede reconocerme a la ligera... No me gustaría que otros pudieran hacer lo mismo y sobre todo... Alguien en concreto - desvió la mirada y volvió a centrarla en él - Si.. Si algún día necesitase que fueras yo... O "ella", tú... ¿me ayudarías?

¿Por qué querría ella ocultar esa identidad? Ahora no es que fuera una fugitiva ni tampoco un cómplice del ladrón. Estaba en el periódico y éste indicaba que era un rehén. Mucha gente se sentiría aliviada, como él, al sabor que esa señorita estaba a salvo. Pero quizás... Fuese por otro motivo. Alguno más privado, más interno. Seguramente ese "alguien en concreto" era el propio ladrón, Mask DeMasque. Previamente, mientras comían, ella había confesado que él estaba enamorado de ella, y por la forma en que lo protegía parecia mantener una relación muy estrecha con él. ¿acaso no le había dicho quien era? ¿Cómo es posible mantener una relación así?

- Étoile... ¿Él lo sabe? ¿Sabe quien es?

Étoile miraba al chico y comprendía perfectamente su confusión, pero esperaba que no le preguntase. Aunque con la ronda de preguntas que le había hecho a la hora de comer y sin ella decir prácticamente nada para ello, realmente se olía que le acosase a preguntas de nuevo, pero era lo que tocaba. Demasiada información en un sólo día.

- Étoile... ¿Él lo sabe? ¿Sabe quien es?

No esperaba para nada aquella pregunta. Una flecha había atravesado por completo su corazón en ese momento. ¿Por qué...? ¿Por qué le había preguntado eso? Pero.. tenía razón. Él no sabía quien era ella y por supuesto, ella no tenía ni idea de quien se ocultaba tras aquella máscara de metal, a pesar de querer saberlo con todas sus fuerzas. En varias ocasiones ha deseado decirle que se la quitara y dejasen las identidades de lado, que ya no tenía miedo de lo que pudiera ocurrir, pero... No sabía si era también lo que deseaba él. Tampoco se lo había preguntado, pero era consciente que la relación que tenían era totalmente un sueño, algo de un cuento de hadas que no tendría un final feliz, aunque su corazón, ingenio, le decía todo lo contrario.

Quiso rebatirle sus palabras, quería decirle que claro que lo sabía pero su rostro la había delatado, no podía estar más triste. Además había apartado la mirada mientras jugueteaba con el helado ayudándose para ello de la pequeña palita de plástico.

- No sabe quien soy, y viceversa... Pero, quizás algún necesite que usted, bueno... Que te hagas pasar por mí.

La expresión de la chica se lo dijo, no hacía ni falta que lo dijese con palabras, con sólo ver aquella mirada lo había entendido a la perfección y eso en cierto modo le entristecía, ¿cómo podían llevar una relación así?

- No sabe quien soy, y viceversa... Pero, quizás algún necesite que usted, bueno... Que te hagas pasar por mí.

Sintió la necesidad de seguir preguntando pero...

- De acuerdo.

Se llevó detrás de la cabeza palpando sin querer sus cabellos. ¡Se le había olvidado! Aún seguía con el aspecto del chico éste... ¿Fox? Sí, Fox. ¿Sería seguro desprenderse de esa identidad ahora? Mejor acompañar a la señorita a su casa y él subir a la suya, ahí entonces sería cuando se transformarse nuevamente en Katow Souchiro, además, era lo más seguro para él.

- ¿Nos vamos?

- De acuerdo.

Ahí es cuando Étoile se quedó algo confusa. ¿Aceptó? ¿Así sin más? Mejor era no preguntar.

- Gracias.

- ¿Nos vamos?

La peligris giró la vista hacia Souchiro encontrándose de lleno co nunos ojos azules, cabellos rojizos. Todavía no se acostumbraba a tener a Fox LeBlanc justo al lado. Estuvo unos segundos mirándole profundamente a los ojos pero luego negó con la cabeza suavemente, no, no podía ser.

- Está bien.

Shizuma se levantó del banco y Souchiro examente lo mismo. A la vuelta tardaron menos porque no estaban tan distraídos. Sin embargo a Étoile se le estaba haciendo eterno. ¿Por qué? No quiso seguir pensando hasta que al llegar a la puerta inevitablemente se giró hacia Fox, es decir... Souchiro.

- Pasa a verme cuando quieras. Recuerda la revisión de Tobby.

Y cuando el chico también se despidió, Étoile subió a su edificio, entrando en el ascensor y posteriormente a su piso.