Un buen desayuno [20 de Mayo, por ahora Kazuo]

Abrió los ojos y contempló como aquel rayo de luz atravesaba sus persianas posándose en su rostro. Hitomi se levantó con una radiante sonrisa aquella mañana. Tras una buena y refrescante ducha decidió que ese día, desayunaría fuera. No tardó en vestirse, luciendo un sencillo vestido de color verde claro, con algunas partes en azul oscuro, acompañado de un bonito sombrero con un lazo azul claro; y como último retoque, se dejó el pelo suelto para cambiar un poco de aire pues casi siempre lo llevaba recogido en un moño. No tardó en coger un pequeño bolso blanco y muy cómodo, que era bastante pequeño pero cabía todo lo importante. Salió por la puerta aún con aquella radiante sonrisa puesta y se dirigió directamente hacia la Plaza de San Marcos. No tardó en divisar un pequeño bar que tenía un cartel de pizarra por fuera que ponía una oferta especial de desayunos.

"Churros + chocolate = 2,50€"

Aún sonriente se fue hacia ese bar, sentándose en una de las mesas de afuera que lucían una sombrilla que tapaba algo el sol, aunque se sentó por la parte más próxima al exterior, pues le encantaba sentir en la espalda dicha calidez. No tardó en pedir la oferta del carte-pizarra y esperó pacientemente a que lo trajesen. Cuando por fin vio en su mesa un plato de churros con aquel chocolate tan caliente, volvió a sonreir y con parsimonia, cogió un churro para luego mojarlo en el chocolate y pegarle un pequeño mordisco con cuidado e inclinándose hacia delante para no mancharse. Levantó la mano ligeramente para atraer la atención de un camarero, pero no consiguió nada. Por lo que se levantó con el bolso en mano y se fue hacia el interior para buscar unas servilletas. Cuando por fin fue a salir y antes de efectuar ese paso, miró hacia la derecha, pues le había llamado la atención un cuadro. Fue un error, pues chocó contra alguien haciendo que las servilletas se le cayesen al suelo.

- Lo siento mucho- dijo observando que era un chico pero sólo por los pantalones, pues se había agachado a recoger lo que había tirado.

Aquella noche había dormido muy bien. El no haber salido la noche anterior de fiesta le permitió ir pronto a descansar y poderse levantar bastante temprano, más de lo habitual. Recordaba que antes de que le grupo se hiciera famoso tenía la costumbre de salir a correr de buena mañana, le gustaba cuidarse y eso le ayudaba a mantenerse activo pero ahora, tampoco lo necesitaba, el ejercicio ya lo hacía en los conciertos y en los ensayos en los cuales siempre acababa sudando de tanto saltar, brincar, guitarrear y cantar.

Sus compañeros del grupo aún debían estar durmiendo, por lo que le tocaría desayunar solo, bueno, no le importaba. Se dio una ducha rápida y se vistió, esta vez cambiando un poco su vestimenta típica: se puso una camiseta de un color naranja oscuro que se podía confundir con un color rojizo, los pantalones seguían siendo tejanos pero esta vez sin ninguna rotura, en cambio, el calzado seguía siendo el mismo de siempre.

Bajó las escaleras del hotel hasta encontrarse en el hall con intención de salir del edificio, por le camino no se encontró a nadie del grupo, ni a Adrian, por lo que decidió ir a recepción para informarles de que iba a salir a dar una vuelta, más que nada por si sus amigos preguntaran por él.

Tras poner un pié en las calles fijó rumbo hacia la plaza de San Marcos donde ya había estado varias veces y le había gustado bastante el lugar. Debería desayunar algo... algo dulce... ¿Y que mejor que chocolate? Siempre le había encantado, el cacao era un pequeño vicio para él.

Al echar un ojo por la plaza se percató de un bar donde servían churros con chocolate, una buena opción para desayunar... por lo que se dirigió a paso ligero hacia allí, giró por la puerta para entrar al recinto y... ¡PUM! Las servilletas por el suelo. La primera impresión que tuvo fue que algún fan se había abalanzado sobre él para abrazarle, pero no fue así, pues simplemente una chica, que iba despistada, se había chocado con él haciéndola tirar las servilletas pro el suelo.

- Lo siento mucho. - Se disculpó recogiendo las servilletas.

Kazuo se agachó para ayudarla a recoger, en parte la culpa era de los dos.

- Tranquila, no ha pasado nada. - Dijo recogiendo las últimas servilletas.

El chico por su parte, también se agachó a ayudarla, recogiendo así las últimas servilletas y haciendo que sus manos se rozacen en el intento.

- Tranquila, no ha pasado nada.

Hitomi sonrió y se levantó, viendo como el chico también se levantaba. Se fijó en él... Se quedó algo sorprendida, ¿no era él de un grupo de rock de la actualidad? O eso, o se parecía bastante. Aún así Hitomi sonrió, tampoco quería acosarle.

- Muchas gracias.

Hitomi iba a continuar su marcha hacia la papelera para luego coger otras servilletas cuando divisó a una paloma traicionera sobre su plato. Abrió los ojos y fue de forma rápida echándola. Obsevó como los churros estaban picados y ni quiso probar el chocolate por si acaso. Suspiró y se quedó sentada en la silla con bastante resignación. No tardó en llegar el camarero.

- ¿Quiere que le ponga otro desayuno completo?

- No, gracias... pagaré éste.

Kazuo se levantó al mismo tiempo que la chica para entregarle las servilletas que él había cogido.

- Muchas gracias. - Le contestó con una sonrisa.

De pronto se quedó en blanco. Quería contestarle, quería decirle que no hay de qué, pero no le salían las palabras. Se quedó embobado y con la boca medio abierta, mirándola. Alguien le acaba de traspasar el corazón con una flecha.

El guitarrista siguió con la vista los pasos de esa chica, vio como unas palomas le acababan de picotear el desayuno y ella, se quedó resignada, sentada en la silla. Cualquiera se comía ahora esos churros...

Zarandeó un poco la cabeza para volver en sí. Necesitaba saber cual era el nombre de esa chica, había algo en ella que le gustaba, quería conocerla. Se acercó hacia donde estaba ella sentada.

- ¿Quiere que le ponga otro desayuno completo? . - Escuchó como le decía el camarero.

- No, gracias... pagaré éste. - Respondió ella.

- Si por favor, sírvale otro... y a mi también. - Dijo con bastante amabilidad. El camarero asintió con la cabeza y fue hacia dentro a por el desayuno. Miró a la chica...

- Bueno... Ehm... ¿te importa que te invite a desayunar? Como perdón por haberme tropezado contigo... - En verdad fue ella quien se había topado con Kazuo, pero eso era lo de menos.... Necesitaba una excusa para poder dirigirle la palabra.

Entonces, cuando ya esperaba que el camarero se fuese y le trajese la cuenta, aunque se sabía el precio de memoria, apareció el chico de cabellos violetas con el que antes Hitomi se había tropezado.

- Si por favor, sírvale otro... y a mi también.

El camarero asintió ante las palabras del chico mientras Hitomi se quedaba algo sorprendida mirando hacia a él.

- Bueno... Ehm... ¿te importa que te invite a desayunar? Como perdón por haberme tropezado contigo...

Hitomi rió ligeramente y luego sonrió ladeando la cabeza.

- En absoluto, toma asiento - dijo alzando ligeramente la mano señalando así otra silla - Me llamo Hitomi, un placer - volvió a sonreir.

Ella ya se había acordado de su nombre, pero no le importaría en absoluto si él también se presentaba, que seguramente por educación, es lo que haría.

La chica soltó una risa bastante ligera por lo que no pudo evitar enrojecerse de timidez. Le señaló la otra silla para indicarle que se sentase, eso quería decir que había aceptado la invitación.

- En absoluto, toma asiento - Tras esas palabras no tardó en sentarse, aunque lo hizo con algo de timidez y aún enrojecido. - Me llamo Hitomi, un placer - Se presentó sonriendo.

"Hitomi... bonito nombre... igual que ella" Pensó el chico.

- Yo me llamo Kazuo... El placer es mío. - Dijo volviéndose a levantar algo nervioso para saludarla con una reverencia, costumbre que tenía desde pequeño. ¿Acaso había tenido un flechazo? Hacía muchísimo tiempo que no se sonrojaba tanto por una chica.

- Yo me llamo Kazuo... El placer es mío.

Entonces se levantó, haciendo un saludo típico de japoneses que era esa reverencia. Ella también solía hacerla pero visto que en Italia no acostumbraban a hacer eso, perdió la costumbre enseguida a pesar de su padre haberle enseñado algunas costumbres de Japón, su país natal.

- ¿Cómo ha ido el concierto en Roma?

Sí, lo preguntó pero no para molestarle ni nada de eso, sino para saber si hubo muchísima gente, que estaba segura de que sí. Ella no pudo ir porque se había quedado cuidando de su padre que aquella noche tenía fiebre. Al final le regaló la entrada a una amiga.

- ¿Muchas personas, verdad? - volió a sonreir

- ¿Cómo ha ido el concierto en Roma?

Kazuo se quedó bastante sorprendido, ¿Cómo? ¿El concierto en Roma? O sea, que la chica conocía al grupo. Aunque no le extrañó mucho por la popularidad que tenían, no esperaba que la chica le hiciese tal pregunta, quizás Hitomi habría asistido a alguno de sus conciertos.

- ¿Muchas personas, verdad? - Preguntó, con una sonrisa, antes de poderle contestar.

- La verdad es que sí. - Le devolvió la sonrisa. - No me esperaba tanta popularidad por Italia... y a pesar de que me equivoqué en un par de acordes... - Confesó tímidamente. - El público quedó satisfecho.

El camarero no tardó en llegar con una ración doble de churros y chocolate caliente. Me esperé a que la chica empezase a comer antes de hacerlo yo.

- Fue muy bien el concierto... - Volvía repetir. - ¿Has ido alguna vez a algún concierto e mi grupo? - Pregunté curioseando.

- La verdad es que sí. No me esperaba tanta popularidad por Italia... y a pesar de que me equivoqué en un par de acordes... El público quedó satisfecho.

- Claro que sí, el público no se fija en esos detalles, sobre todo si están tan eufóricos como he leído en el periódico del día 16.

El camarero sirvió lo pedido, y Hitomi fue la primera en comer uno.

- Fue muy bien el concierto... ¿Has ido alguna vez a algún concierto e mi grupo?

- Tengo que confesar que no... Nunca he ido a ninguno de vuestros conciertos.

Se encogió de hombros ligeramente avergonzada pero luego volvió a sonreir.

- Pero me gusta vuestro grupo ^^.

- Tengo que confesar que no... Nunca he ido a ninguno de vuestros conciertos. Pero me gusta vuestro grupo .

Le alegraba que le gustase su música, aunque eso quería decir que, seguramente, ella conocía cosas de Kazuo del tipo "es japonés", "es el guitarrista de un grupo"... Vaya, lo típico que puedes saber sobre los miembros de algún grupo de música que te guste. Pero al cuestión era otra: yo quería saber más sobre ella.

- Y bueno... ¿Eres de aquí? ¿De Venecia? - Era una buena pregunta porque por su nombre y sus rasgos orientales estaba claro que era japonesa, entonces... ¿Que hacía en Venecia?

- Y bueno... ¿Eres de aquí? ¿De Venecia?

Negó con la cabeza aunque luego puso una mueca algo confusa.

- Soy japonesa, pero mi padre es Italiano y al tenerme, mi madre se trasladó aquí a vivir, así que puede decirse que soy japo-italiana - hizo un pequeño chiste - Tengo algo de acento como puedes ver.

Un acento que quedaba un tanto sexy para una japonesa, de todas formas ella casi ni se lo notaba pues siempre hablaba en japonés con su padre intercambiando palabras italianas.

- ¿Y tú? ¿Eres de Japón, no Kazuo?

- Soy japonesa, pero mi padre es Italiano y al tenerme, mi madre se trasladó aquí a vivir, así que puede decirse que soy japo-italiana. Tengo algo de acento como puedes ver.

Sí, era cierto, tenía un acento bastante raro ya que no parecía ni italiano ni japonés sino, una mezcla entre ambos, algo que a Kazuo le gustaba bastante ya que le daba un tono bastante sexy a su dulce voz.

- ¿Y tú? ¿Eres de Japón, no Kazuo?

El que le hiciese la pregunta mencionando su nombre le había gustado y la respuesta a la pregunta era obvia. Él siempre había vivido en Japón, Tokyo era su lugar natal aunque no siempre había estado viviendo en la capital.

- Ahá, soy japonés tanto de padre como de madre... - Paró un momento para mojar el churro en chocolate y pegarle un bocado. - Aunque cuando estoy de gira parece que no tenga ninguna nacionalidad ya que estoy siempre de un país a otro...

- Ahá, soy japonés tanto de padre como de madre...

Hitomi escucha con atención e interés. Se notba mucho que era japonés, pero le gustaba escuchar a las personas.

- Aunque cuando estoy de gira parece que no tenga ninguna nacionalidad ya que estoy siempre de un país a otro...

Ante esa pequeña broma, Hitomi rió ligeramente, colocando levemente la mano sobre sus labios para que su risa tímida que de por sí no era sonora, lo fuera aún menos.

- No digas eso, seguro que estar de gira es emocionante.

Kazuo sonrió ante la simpática risa de la chica, era realmente agradable tener su compañía... al menos, el chico estaba verdaderamente cómodo compartiendo mesa con ella.

- No digas eso, seguro que estar de gira es emocionante.

En verdad si que era emocionante, conocías muchos lugares, muchas culturas, mucha gente... y eso era algo que a él le gustaba. A demás, estaba con sus amigos que era lo que más le importaba a él, por ellos es lo que es ahora él... Por Aya, James, Katsumi, incluso Gerhad y Adrian. Pero claro, siempre hay algo que echas en falta como la familia, el pub que le había cambiado la vida, su ciudad, su perro... La verdad es que no hay nada como tu hogar.

- Ehm... Bueno... Si... - Dudó un poco. - Con mis compañeros me lo paso muy bien... ¡son únicos! Pero siempre hay algo que echas en falta... - Agachó la vista algo melancólico.

- Ehm... Bueno... Si... - respondió algo dubitativo - Con mis compañeros me lo paso muy bien... ¡son únicos! Pero siempre hay algo que echas en falta...

Hitomi se dio cuenta de la mirada melancólica que ahora Kazuo portaba y se arrepintió en cierto modo de haber hecho aquel comentario, pero había sido espontáneo.

- Supongo que sí... - susurró Hitomi echando entonces ella también algo en falta, algo muy importante en su vida... Su madre - Bueno, nada de caras largas - volvió a sonreir - El chocolate se va a enfriar y ya que me has invitado debo cumplir mi cometido.

Cogió un churro y lo empapó en chocolate mordiéndolo con cuidado y dejando que algunas gotas cayeran chorreantes en la taza de chocolate. Aunque no se manchó el vestido afortunadamente, sí que quedaron restos de chocolate en la comisura de sus labios.

- Supongo que sí... - Kazuo, con la cabeza algo agachada, levantó la vista al escuchar el susurro de la chica que sonó, también, bastante melancólico. - Bueno, nada de caras largas. - Sonrió unto a Hitomi. - El chocolate se va a enfriar y ya que me has invitado debo cumplir mi cometido. - Kazuo continuó sonriendo, pensaba de verdad que esta chica era una bella persona.

El chico volvió a centrarse en los churros, cogió uno y lo bañó en el chocolate igual que hizo la chica, para luego darle un buen mordisco. Tras ello, su vista se dirigió a Hitomi y pudo ver como sus labios se habían ensuciado de chocolate, con timidez levantó la mano para posar sus dedos sobre sus labios y hacerle un gesto para mostrarle a la chica que tenía los labios sucios.

Iba a seguir desayunando cuando su vista se posó en Kazuo. Había hecho un gesto... demasiado familiar. Sonrió levemente y cogió una servilleta (que por cierto tuvo que ir a buscar), para luego pasarla por la comisura de sus labios, comprobando luego al mirar la servilleta que efectivamente, se había manchado de chocolate. Sin embargo, cuando volvió a mirar hacia el chico, rió.

- No soy la única... - comentó divertida.

Alzó la mano con la servilleta y limpió una de las comisuras de los labios del chico, pues también estaba manchado.

- No soy la única... - Dijo con una risa.

Kazuo pilló a que se refería, él también se había ensuciado los labios de chocolate, algo lógico pensando en el mordisco que le había pegado al churro.

No le dio tiempo a reaccionar, pues la chica levantó la mano con una servilleta en ella y la acercó a los labios de Kazuo quien se quedó paralizado de la vergüenza... ¿Le iba a limpiar ella el chocolate que tenía en los labios? Pues si lo hizo. Kazuo se sonrojó a no poder más.

-Gr- Gracias... - Agradeció con timidez. Debía reconocer que hacía tiempo que no se sonrojaba tanto, esta chica le hacía sonrojar solo de mirarle, le hacía recordar como era él hacía años, tímido y algo inocente.

Las mejillas del chico se encendieron, delatándolo así ante Hitomi, la cual sonrió con ternura.

- Gr- Gracias...

- No hay de qué - dijo aún con esa sonrisa dando por finalizado el desayuno pues por su parte ya había terminado pues no podía comer más.

Miró a Kazuo unos segundos, aún viendo sus mejillas sonrojadas y viendo por lo tanto lo mono que estaba. Aunque luego se dio cuenta de un pequeño detalle.

- Oye... ¿No deberías de tener cuidado? Y sabes... las fans.

La chica terminó de comer, pues aún quedaban unos churros pero al parecer no tenía más hambre. Kazuo continuó comiendo un poco más, pero tampoco tardaría en parar.

- Oye... ¿No deberías de tener cuidado? Ya sabes... las fans.

Al principio Kazuo levantó la vista para mirarla mientras le hablaba pero la palabra "fan" hizo que se atragantara con el churro que en ese momento tenía en la boca, tosió un par de veces y se calmó enseguida, pues la pregunta le sorprendió un poco.

- La verdad que a veces llegan a ser bastante pesados. - No quería distinguir entre "los" y "las" porque, a pesar de que la gran mayoría eran chicas, los chicos también solían decirle cosas cuando le veían...autógrafos, fotos... lo típico. - Pero bueno, les echas una firma y listo, a todo el mundo le gustaría que sus ídolos le prestaran un segunda de atención... - Esa era la forma que tenía Kazuo de pensar sobre los fans, sabía que eran bastante pesados pero nunca se podía negar a un autógrafo, a pesar de su picardía, él, siempre había sido un buenazo.

La pregunta pareció sorprenderle bastante y su reacción hizo que Hitomi se preocupase aunque pronto comprobó que había sido sólo un pequeño atragantamiento sin consecuencias.

- La verdad que a veces llegan a ser bastante pesados.Pero bueno, les echas una firma y listo, a todo el mundo le gustaría que sus ídolos le prestaran un segunda de atención...

- Claro que sí - contestó con una sonrisa.

Miró hacia el cielo, dejando que sus ojos azules se perdieran en él.

- Tienes mucha suerte... Tiene que ser todo un lujo ver como alguien tiene un buen día sólo por un autógrafo de uno de sus ídolos... Ver las caras de emoción de las personas, cuando uno de ellos pisa el escenario y tener la suerte... de oirle tocar y tú, la suerte de ver como te admiran.

Volvió a bajar la vista.

- Como dije... Sigue siendo toda una experiencia.

Al mismo tiempo que la chica miró al cielo, Kazuo, perdió la vista para la gran plaza que les rodeaba.

- Tienes mucha suerte... Tiene que ser todo un lujo ver como alguien tiene un buen día sólo por un autógrafo de uno de sus ídolos... Ver las caras de emoción de las personas, cuando uno de ellos pisa el escenario y tener la suerte... de oírle tocar y tú, la suerte de ver como te admiran.

Pues sí, la chica sabía lo que se decía. Todo eso me gustaba: ver como los fans se van feliz cuando les firmo un autógrafo, ver como el público grita de emoción cuando salimos al escenario a tocar... y como animan en todas nuestras canciones.

Volvió a mirar a la chica cuando ella bajó la vista, le gustaba mirarle a los ojos, los tenía tan bonitos... igual que toda ella.

- Como dije... Sigue siendo toda una experiencia.

- Ahá... - Afirmó ante sus últimas palabras. - Pero sobretodo, te sientes bien cuando lo haces porque te gusta y no por otra cosa. - Que por eso lo hacía Kazuo, porque le gustaba sentir esa sensación que le daba el público, de tocaren un escenario y que cientos de personas cantaran junto a él y su grupo.

- Pero bueno, cambiemos de tema... ¿Porque no me cuentas algo sobre ti?¿A que te dedicas?

- Ahá... - afirmó ante las últimas palabras de la chica - Pero sobretodo, te sientes bien cuando lo haces porque te gusta y no por otra cosa.

- Cierto... - comentó.

- Pero bueno, cambiemos de tema... ¿Porque no me cuentas algo sobre ti?¿A que te dedicas?

- ¿Yo? Bueno... Estudio "arquitectura", entre comillas. Me gusta saber la historia que encierran cada uno de esos monumentos. Por ejemplo, mi próximo monumento a investigar será la Torre Eiffel... La gente la ve como una simple torre pero yo sé que encierra algo más, y es lo que investigaré.

Lo había dicho con ímpetud, con interés y sobre todo parecía interesante por el tono de voz que utilizaba, o por lo menos para ella era muy interesante.

- No llevo horarios, investigo por mi cuenta... - entonces se dio cuenta - Disculpa si estoy hablando demasiado.

- ¿Yo? Bueno... Estudio "arquitectura", entre comillas. Me gusta saber la historia que encierran cada uno de esos monumentos. Por ejemplo, mi próximo monumento a investigar será la Torre Eiffel... La gente la ve como una simple torre pero yo sé que encierra algo más, y es lo que investigaré.

Kazuo escuchó en todo momento lo que le contaba la chica, no la interrumpió en ningún instante puesto que el tono y las ganas que ponía al explicarlo hacían de ello algo bastante interesante. El chico asentía en todo momento con la cabeza, le gustaba escucharla.

- No llevo horarios, investigo por mi cuenta... - Hizo una breve pausa - Disculpa si estoy hablando demasiado.

Solo de la manera de hablar y explicar las cosas se la veía una chica inteligente y aplicada. No le importaba en absoluto que le explicara cosas... parecía que, realmente, le gustara esta chica. "Pero Kazuo, no te hagas ilusiones, seguro que una persona tan bella como ella tiene pareja, algún chico aplicado y estudioso... con un buen futuro planeado". Bueno, continuando con la conversación...

- No no, en absoluto. - Dijo moviendo las dos mano, de derecha a izuiqerda, con la palma abierta. - Todo lo contrario... Me... Me... Me gusta escucharte... - Se sinceró con el rojo en sus mejillas.

- No no, en absoluto - dijo moviendo las dos manos, de derecha a izuiqerda, con la palma abierta - Todo lo contrario... Me... Me... Me gusta escucharte...

- ¿En serio? Me alegra oir eso.

La chica sonrió y se quitó el sombrero, abanicándose ligeramente con él.

- Tiene pinta de hacer buen tiempo hoy - comentó - Seguramente acabaré dando un paseo e investigando algún monumento más.