Ojos azules (4 de Abril)

[FDI: Viene del tema "Taking a brake" de la Plaza de San Marcos"]
[DDI]

Étoile había oído el grito de aquel chico, pero seguía su camino con paso firme aunque tranquilo. Al llegar a "Il Fiordo", el camarero le asignó la mesa de siempre que se encontraba junto a una ventana. Dejó su bolso sobre la mesa pero apartado para que no ocupara todo el espacio y se quedó mirando por la ventana, contemplando lo que había a su alrededor. Pronto el camarero se acercó para tomarle la comanda.

- ¿Ya ha mirado la Sra.Étoile? ¿O pedirá lo de siempre?

- Lo de siempre, gracias - respondió entregándole la cara que ni había mirado.

Siempre que era la hora del descanso por almuerzo, iba a este mismo restaurante, así que casi siempre le tenían la misma mesa reservada, a menos que un día cambiara de planes y fuera a su casa a comer, algo muy raro en ella. Étoile miró a su alrededor, para luego cerrar los ojos durante unos segundos oyendo a la perfección cualquier mínimo ruído, aunque éste le incomodó hasta cierto tiempo, hasta abrir sus ojos finalmente que pararon a la puerta, divisando unos ojos azules. ¿Qué hacía él ahí?

Fox le había gritado que lo esperase, pero la chica había seguido caminando haciendo caso omiso de él. El joven paró en seco y refunfuñó, pegando un puntapié al suelo. En fin, buscaría a otra persona para hacerle el retrato y poder comer... ¡No! ¿Se estaba rindiendo? ¡Nadie le decía que no a un retrato de Fox LeBlanc! ¡Nadie! Volvió a iniciar su carrera estrepitosamente, chocando con la multitud de personas que merodeaban por la zona.

Finalmente halló el condenado restaurante, y menos mal que era porque lo había escuchado a las dos chicas cuando hablaban. Se apoyó en el marco respirando costosamente por el sprint que se acababa de meter, mientras escudriñaba el lugar con el ceño fruncido en busca de su víctima. ¡Ajá! ¡Allí estaba junto a la ventana! Fox se acercó a la joven, con una sonrisa de "te pillé" cuando ella posó sus ojos en él.

- Perdona, ¿eres sorda? - le preguntó, aparenetemente en serio.

Claro que no era más que un comentario sarcástico pues no había respondido anteriormente a lo del retrato, y tampoco le había esperado tal y como le había pedido. Vale que no era la mejor forma de venderse, pero no había podido avitarlo.

El chico empezó a acercarse a Étoile respirando algo cansado, pudo hasta oir los latidos del corazón del pelirrojo. El chico llevaba dibujado en el rostro una cara sonrisa de satisfacción que indificaba que había encontrado lo que buscaba, o perseguía a pesar de que Étoile pasara olímpicamente.

- Perdona, ¿eres sorda?

Una mirada de un camarero rozó la vista de la mesa de Étoile, para luego encontrarse con la de ésta indicándole que no pasaba nada.

- No armes escándalo - dijo con un tono tranquilo mirándole directamente a los ojos.

¿Para qué habría venido ahí? Es más ¿por qué la había seguido hasta aquel lugar? Étoile bajó la mirada hasta la libreta del chico, quizás vendría por eso.

"No os defraudaré, y así me ayudaréis a sobrevivir hoy al hambre"

Esas habían sido las anteriores palabras del chico, cuando les pidió un retrato a ambas chicas. Aunque Étoile simplemente se había negado con la cabeza. Entonces la idea cuadraba, lo que quería quel pelirrojo era algo que llevarse a la boca, pero para ello necesitaría dinero y para obtener eso, tendría que dibujarla, aunque la peligris pensó por un instante darle el dinero y que se fuera cual mendigo, optó por otra cosa.

- Siéntante, te pagaré más o menos cantidad dependiendo de cuánto me guste el retrato

Fox esperaba que la mano de la chica le cruzase la cara, como cada vez que su lengua se movía más rápido que su cerebro, y sin embargo le pidió no sólo que se sentara en su misma mesa, si no que le hiciera el retrato. La sonrisa del joven se ensanchó, aún de forma caballerosa para tomar asiento tras haber hecho una nueva reverencia, aunque en el intento casi tira la bandeja que portaba uno de los camareros del lugar.

- Ya os dije que no os defraudaré, mademoiselle

Abrió su bloc y pasó las hojas en las que ya tenía algo dibujado, pero casi todos eran bosquejos que había dejado a medias. Edificios, animales, meros objetos era lo que había plasmado en aquellas hojas, y seguramente se quedarían así hasta el fin de los días. Sacó también el carboncillo y una goma por si acaso, aunque era probable que no le hiciese mucha falta salvo al final para borrar las líneas que sobrasen y que el retrato quedase limpio.

- Puedes moverte si quieres - indicó, pasando a tutearla - ¡Vamos allá!

Se concentró primero en el papel para hacer la estructura del cráneo sin empezar a mirarla aún.

- Pues no sé, cuenta algo - pidió sin parar de dibujar.

Odiaba el silencio.

El pelirrojo hizo una pequeña reverencia causando alguna molestia a uno de los camareros que pasaba por ahí. Tras sentarse el chico, abrió el bloc pasando las hojas hasta encontrar alguna libre para plasmar el rostro, busto, silueta... de Étoile.

- Puedes moverte si quieres - dijo - ¡Vamos allá!

Había empezado a dibujar y ni siquiera había mirado a Étoile para ello, así que ésta ni se inmutó y divisó al camarero que venía con su bebida, una tónica con dos cubitos de hielo. Bebió un pequeño sorbo. Pero algo había empezado a incomodarla, odiaba el silencio también en una conversación, vale que no le gustara de por si y bueno, en el restaurante había más gente y por lo menos se oía un murmullo, pero se empezaba a sentir algo incómoda, auque por supuesto, no dijo nada y pasó de todo, dejando que su mirada volviera a mirar por la ventana.

- Pues no sé, cuenta algo.

Étoile lo miró de reojo y siguió mirando luego por la ventana. ¿Qué podría contar ella? Además, Étoile no era de esas chicas que se interesaban por alguien a la más mínima.

- Hace calor hoy

¿Qué más decir?

- Hace calor hoy

Fox alzó la vista del papel y se quedó mirándola con una extraña mueca, pues lo que había dicho era bastante... bastante evidente. Vamos, él podía ser muchas cosas pero desde luego idiota no, pero aunque la chica con eso podría haber indicado que no le apetecía él no se daría por vencido. Más que nada por eso de que no le gustaba retratar a alguien con una atmósfera silenciosa, pues era muy incómodo. Aún así, si ella seguía en sus trece sería capaz hasta de traer al camarero para hacerlo hablar.

- También puedes decirme tu nombre y esas cosas. Algo que yo no sepa, ¿entiendes? Así va la cosa - comentó, sarcástico.

- También puedes decirme tu nombre y esas cosas. Algo que yo no sepa, ¿entiendes? Así va la cosa

Étoile ante estas palabras volvió a girar su rostro para contemplar al chico. Se quedó durante unos minutos clavando sus ojos en los de él, los cuales la miraban también ahora. La chica cogió el vaso sin despegar la vista y bebió de nuevo para luego pasarse un mechón de su grisáseo cabello detrás de la oreja.

- ¿Algo que no sepas? - repitió pasando el dedo índice por el borde del vaso cuyo contenido se estaba agotando - Yo también dibujo - añadió.

No era un dato muy interesante, pero sobre ella, seguramente no soltaría prenda.

- ¿Algo que no sepas?
- Eso he dicho... - resopló, apoyando su espalda de forma despreocupada sobre el respaldo de la silla.

Todo apuntaba a que era bastante seria, por no decir sosa. Su expresión era inexcrutable, y además era como si al mismo tiempo estuviese siendo ajena a todo lo que pasaba a su alrededor. Parecía que al final tendría que haber llamado al camarero.

- Yo también dibujo
- ¿Eh? No me digas - dijo, sorprendido, arqueando una ceja - ¿Cómo es que no lo dijiste antes?

La posibilidad de reto le iluminó la mente. ¿Sería buena? ¿Podría dejarla en evidencia? Uff, entonces iba a tener que currarse el retrato para quedar de puta madre, o al menos más que de costumbre claro. Después de todo él ya era todo un experto...

- ¿Eh? No me digas - dijo, sorprendido, arqueando una ceja - ¿Cómo es que no lo dijiste antes?

- ¿Te has sorprendido no? Pues ya está - añadió mirando hacia a su izquierda pues el camarero traía una "ensalada especial" para ella - No comeré hasta que termines - informó.

No es que tuviera prisa ahora mismo, sin embargo, si que tuvo que reconocer que estaba bastante intrigada por saber como haría el pelirrojo su retrato, a lo mejor le haría una caricatura de esas ridículas, pero por el empeño y el sonido del carboncillo rozando el papel, no parecía en absoluto qe fuera una caricatura.

- Cuenta algo.

Ahora la impresión que le daba a Fox era de listilla, o de enteradilla. Demasiadas impresiones para tan sólo unos minutos interactuando, aunque no era momento de quejarse. Después de todo haría el retrato y podía comer, porque sabía que si volvía a casa el viejo lo echaría del taller a patadas... o martillazos. Dios, no. Otra vez no.

El camarero llegó con lo que parecía una ensalada. No sabía si agradecer que fuese ese plato porque así no le entraría hambre, o quejarse porque las verduras eran lo peor. Fuese lo que fuese era lo que había, por lo que puso una evidente mueca de asco en su rostro.

- Cuenta algo.
- ¿Desde cuando haces tú las preguntas? - bromeó - Aún no me dijiste tu nombre, y mi papi me tiene dicho que no cuente nada a los desconocidos - añadió, con un irónico tono infantil.

- ¿Desde cuando haces tú las preguntas? Aún no me dijiste tu nombre, y mi papi me tiene dicho que no cuente nada a los desconocidos.

¿Su nombre? Étoile no encontraba la razón adecuada para que el chico ese quisiera saber su nombre, pero bueno aún así... no calló el comentario.

- Mmmm.. - murmuró - No te he hecho ninguna pregunta - dijo burlona - ¿Mi nombre? Pero si no me vas a volver a ver, ¿para qué quieres saberlo? Aunque bueno, quizás por ésto mismo, no tenga importancia el dártelo, Shizuma.

- Mmmm.. - murmuró - No te he hecho ninguna pregunta.

Lo peor era que era cierto. Fox arrugó el ceño, aunque más que un gesto enfadado había parecido un niño molesto u ofendido. Iba a añadir algo a ese comentario, pues como de costumbre no iba a dejar las cosas tan poco favorables hacia su persona, aunque la chica volvió a hablar nuevamente.

- ¿Mi nombre? Pero si no me vas a volver a ver, ¿para qué quieres saberlo? Aunque bueno, quizás por ésto mismo, no tenga importancia el dártelo, Shizuma.

¿Shizuma? Sonaba un nombre japonés o de por ahí. Eso explicaría por qué no había terminado de encajar la procedencia de la chica después de haber examinado con detenimiento su rostro para empezar a dibujar. Seguramente sería una mestiza, ya que ese penetrante color de ojos era completamente inexistente en un japonés.

- ¡Me acuerdo de todas las personas a las que retrato! - exclamó, aún con ese sarcasmo que rozaba lo infantil - Creo que entonces no se puede sentir bien la esencia que desprende una persona, ya sabes. Si no, no habría arte y sería un mero monigote - dijo, riendo de sus propias palabras - Venga, te dejo que ahora preguntes tú... Shizuma.

- ¡Me acuerdo de todas las personas a las que retrato! - exclamó, aún con ese sarcasmo que rozaba lo infantil - Creo que si no no se puede sentir bien la esencia que desprende ya sabes. Si no, no habría arte y sería un mero monigote - dijo, riendo de sus propias palabras - Venga, te dejo que ahora preguntes tú... Shizuma.

Étoile no había soltado ningún comentario hasta ahora, pero ahora mismo había una cosa que imcumpliría, cogió el tenedor y pinchó la ensalada de frutas y metió el tenedor en su boca masticando levantamente, para luego beber agua de nuevo y posar el tenedor en el plato.

- No tengo nada que preguntas, pero si quieres comentar algo adelante.

Como no...

Shizuma, con toda la tranquilidad del mundo, pinchó de su ensalada y masticó lentamente, quizás muy lentamente, para después beber agua. Fox seguía dibujando su rostro, pero cada vez le estaba poniendo más nervioso ese pasotismo tan... ¿elegante?

- No tengo nada que preguntas, pero si quieres comentar algo adelante.

El joven la miró con una exagerada expresión pensativa, antes de volver a centrarse en el dibujo.

- Pues mira chica, con las sosas no comento nada - dijo, con un cómico tono indignado.

- Pues mira chica, con las sosas no comento nada.

- Estupendo - contestó Étoile con una falsa mueca simulando una sonrisa supuestamente.

Giró suavemente la muñeca para ver que hora era, todavía le sobraba mucho tiempo y para abrir de nuevo, además no solían venir clientes hasta pasada la media hora larga, aunque Étoile siempre se entretenía poniendo todo al día, como siempre. Comenzó de nuevo a comer, sin fijarse muy bien en lo que dibujaba el pelirrojo, aunque... estaba empezando a tardar.

- ¿Sueles tardar tanto o es que eres un perfeccionista? - preguntó después de haberse limpiado los labios.

Efectivamente, a cada minuto que pasaba Fox encontraba cada vez más sosa y antipática a la joven. ¿Quién se creía comportándose de esa manera? Era una refinería que rozaba tremendamente lo borde, como si se sintiese por encima de lo que la rodeaba. Al menos esa era la sensación que captaba el pelirrojo, aunque por otro lado también sentía que estaba completamente equivocado. En fin, no estaba para darle vueltas a la cabeza ahora que no estaba trabajando por lo que siguió dibujando sin abrir la boca. Estaba claro que Shizuma prefería seguir comiendo en lugar de hablar. Ella misma.

- ¿Sueles tardar tanto o es que eres un perfeccionista?

Fox levantó la vista del dibujo, molesto. ¿Encima con exigencias? Pues genial. Metió el lápiz de mina azul en su mochila para sacar el negro, con el cual hizo una rápida firma en la esquina inferior izquierda algo bruscamente. A continuación echó un nuevo vistazo al dibujo para ver cómo había quedado. Bueno, más bien cómo iba a quedar pues aún quedaba bastante para que estuviese a su gusto pero lo cierto es que la chica le había sacado de sus casillas con su comportamiento.

- Soy perfeccionista, pero si tienes tanta prisa aquí tienes - dijo levantándose para después tenderle el dibujo, mirándola aún con esa evidente molestia - Y no te preocupes por pagármelo, ya me voy.



Se dio la vuelta y salió del establecimiento con aire enfadado, aunque levantó la mano en gesto de despedida. Hasta en ese tipo de situaciones sabía mantener las formas.

El dibujante había levantado la vista esta vez claramente molesto. Guardó lo que tenía en la mano y sacó otro lápiz para luego hacer una garabato rápido en el dibujo el cual Étoile supuso que sería su firma, la fecha o algo de eso. Se quedó durante unos instantes mirando el dibujo, para luego volver la vista hacia la chica que lo miraba normal y corriente.

- Soy perfeccionista, pero si tienes tanta prisa aquí tienes - dijo levantándose para después tenderle el dibujo, claramente molesto.

Étoile no bajó la vista hacia el dibujo en ningún momento, pero aún así lo cogió.

- Y no te preocupes por pagármelo, ya me voy.

El pelirrojo empezó a andar sin pararse ni vacilar con hacerlo en algún momento. Sin embargo Étoile no se movió, y simplemente observó como el chico alzaba su mano en gesto de despedida. Cuando divisó por la ventana al chico lejos, y que ya no volvería, se atrevió a bajar la mirada.

Sus ojos se abrieron como platos, y al instante se había enamorado de aquel dibujo. Sólo mostro con su mirada lo que sentía en esos momentos y hasta llegó quizás a sonreir levemente. Segundos después miró el dibujo detenidamente... ¿Así la veía él entonces? Tan seria... Con esa mirada que no expresaba absolutamente nada, ¿así era ella? No soltó el dibujo en ningún momento mientras suspiraba pesadamente.

Durante unos segundos más Étoile se quedó pensativa, observando de casualidad a la chica de antes que iba acompañado con ese chico, el cual había mecionado algo sobre "las piedras" pero ella claramente se había hecho la loca, no era tonta. Unos segundos después giró su rostro hasta divisar a un camarero el cual se acercó rápidamente.

- La cuenta...
- Vaya, si me permite comentar, ¡ese retrato es precioso!

El camarero se fue a buscar la cuenta y una vez pagado todo Étoile susurró para si misma.

- Lo sé...